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lunes, 10 de noviembre de 2008

"El festín de Babette"

EL FESTÍN DE BABETTE
DINAMARCA, 1987, 99 min, color, Danés
Drama
Está basada en este breve cuento de Isak Dinesen, pseudónimo de Karen Dinesen, a la que todos conocemos por su novela “Memorias de África” ( o su adaptación cinematográfica).“El festín de Babette” es, como digo, un relato breve que narra la historia de dos hermosas hermanas, hijas de un pastor luterano, que en el pueblo noruego de Berlevaag había fundado un pequeño grupo piadoso. Muerto el venerable maestro son sus hijas, educadas en la austeridad y dedicadas a realizar obras de misericordia, quienes se encargan de mantener viva la memoria de su padre y de las enseñanzas de éste.Nuestras hermanas tienen una criada francesa, Babette, huida de París a consecuencia de los hechos de la Comuna, en los que su marido e hijo han fallecido. Las hermanas habían aceptado con cierto recelo la llegada de una mujer que llega directamente de la ciudad del pecado, envuelta en la sospecha de ser ella misma una communard, pero la admiten bajo su techo por haberles sido encomendada por un viejo amigo, y porque en su vida sólo conocen la caridad.Desde la llegada de Babette han pasado quince años, en los que ha servido a sus señoras con abnegación y fidelidad, cuidando de los intereses de las hermanas como de los suyos propios. Al transcurrir los quince años, se cumple también el centenario del nacimiento del padre y maestro, y la buena sirvienta demanda permiso de sus señoras para preparar una cena que celebre tan magno acontecimiento.Las piadosas hermanas, a pesar de considerar tal ceremonia un lujo innecesario y tal vez pecaminoso, acceden al ruego de su criada por ser la primera vez que en quince años demanda nada de ellas. Y así, asombradas y asustadas, asisten a los preparativos de un fabuloso festín. Babette se hace traer de París fabulosas viandas y exquisitos vinos con los que agasajar a los invitados a la cena, que paga con los cien mil francos ganados con un billete de lotería premiado.La noche señalada los viejos discípulos y seguidores del venerable maestro viven una experiencia a caballo entre lo místico y lo sobrenatural al saborear los deliciosos platos y los finos vinos, del menú compuesto por Babette. Ninguno de ellos es consciente de las finezas que saborean, a excepción de un viejo general, conocedor de la vida mundana, que reconoce cada uno de los elaborados platos franceses que en esa humilde casa noruega le sirven esa noche.Un sentimiento de felicidad, de alegre hermandad, une esa noche a los asistentes a la cena, cerrando así viejas heridas que amenazaban con disolver el pequeño grupo. Cuando, al terminar la velada, las hermanas acuden a la cocina a agradecer a su fiel Babette la espléndida cena que a ofrecido a sus invitados, la criada les sorprende con la confesión de que esa cena, que se ha llevado íntegro el importe del premio, no ha pretendido ser un obsequio en reconocimiento a la caridad de las hermanas, sino una satisfacción que la propia Babette se ha querido otorgar a si misma.Pues la sirvienta, antes de venir a parar a criada de las puritanas hermanas por culpa de su pasado de communard, que la obligó a huir de Francia, fue el más famoso chef del más famoso restaurante de París. Cocinar es para Babette un arte, a través del cual y por su diestra ejecución es capaz de otorgar la felicidad a la gente que disfrute de sus platos. Un arte que ha permanecido oculto durante quince años, mientras guisaba sopa de cerveza y rudimentarios platos de bacalao. Pero un arte que pide a gritos brotar y que se aprovecha de la ocasión que le proporcionan esos cien mil francos que la suerte pone en sus manos.En lugar de regresar a su patria, dejando la humilde casa de las caritativas hermanas, Babette prefiere preparar una cena como las que antaño le proporcionaron fama y nombre, no por el placer que proporcionará a unas grises gentes que ni siquiera sabrían nombrar los elaborados manjares que esa noche prueban. La felicidad de ellos es secundaria, pues el verdadero gozo es el de la cocinera que ha podido volver a ejercer su arte, acallado durante tanto tiempo.Una sencilla pero hermosa fábula acerca de la imposibilidad de ocultar el genio, cuando se tiene; de la necesidad de dejarlo brotar, no tanto para el deleite de los demás, como por la satisfacción de uno mismo.

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