Pensando en el artículo que ha escrito el compañero Liman Breik y que pueden leer en este enlace:
Para hablar del proceso de
degeneración individual que lleva a muchas personas a la corrupción hay que
dividir a esta gente corrupta en tipos, y también hay que entender el
crecimiento de los valores y principios negativos o anti-valores y anti-principios en la sociedad, sea la
saharaui, la española o la de otro lugar. No todos los corruptos actúan por
procesos similares de pensamiento. Existen los decididamente delincuentes, que
llegan al gobierno para enriquecerse rápidamente usando su posición en el
Estado. Estos van a hacer fortunas desde el gobierno o mediante cualquier
práctica y método ilícito a su alcance. Desde luego, el método que le
proporciona mayor satisfacción es una posición en el gobierno por el
"reconocimiento" que les proporciona, reconocimiento que es igual de importante
que el dinero para ellos.
De estos no hay que hablar mucho
porque son parte de la canalla y de la escoria que produce una sociedad, la
escoria del proceso social en una sociedad materialista en donde lo más
importante no es SER sino TENER. Para mí, en los últimos tiempos ha sido un
varapalo personal importante descubrir que yo era importante en la medida en
que “TENÍA para dar sin condiciones y no en la medida en que ERA como persona y
ser humano”, con una ideología y principios determinados, con emociones y sentimientos.
Pero existe otro tipo de personas
que inicialmente no pensaron hacer "lo mal hecho" y los que poco a
poco van sucumbiendo debido a una personalidad débil, a valores morales, éticos
e ideológicos no muy definidos y empujados en muchos casos por la necesidad o
el temor a un futuro incierto, ya que no tienen ningún tipo de seguridad social
para enfrentar la vejez, como no sea la de procurar que sus hijos e hijas estudien a toda costa (a costa de otros y otras) que les garanticen esa "vejez". La sociedad con su indiferencia para con sus
servidores es muchas veces responsable de estos resultados.
Primero comenzarán por la
relación con un funcionario corrupto que al provenir, generalmente, de un bajo
estrato social siente una necesidad imperiosa de que los demás vean "lo
bien que vive" y los lujos que se puede proporcionar. Por esa necesidad
patológica se convierte en derrochador y amante de hacer invitaciones
frecuentes que van trabajando a la persona común y ésta comienza a ver con
cierta normalidad las actividades inmorales que ejecutan los funcionarios para
lograr el estándar de vida que enseñan con orgullo y regocijo. Luego terminarán
con una especie de admiración por la "habilidad" del "Don
nadie" que se cree incorporado a la aristocracia social (o tribal o de
castas, según sea el caso).
Sin proponérselo, este
delincuente va contagiando el mal y propagando la epidemia. Después, el empleado
común comenzará a recibir ciertos regalitos que le obsequiarán aquellos que
dependen de sus decisiones rápidas y de sus servicios en el tren
administrativo. Por último se cumplirá la máxima que reza "Quien no vive
como piensa, terminará pensando como vive" y comenzará a aceptar dádivas y
a realizar favores especiales que irán proporcionándoles ciertas comodidades y
terminará convirtiéndose en un corrupto mediocre. Un ladronzuelo de poca monta
que será despreciado por todos, incluyendo aquellos delincuentes que le
carcomieron sus débiles posiciones morales y éticas y quienes hablarán con
desprecio de él para fingir una falsa honestidad que ellos o ellas creen
adecuada a "su nueva posición social".
Los anti-valores y anti-principios que permiten que
se extienda la gangrena social están retratados por un refrán popular recogido
por un famoso tango que dice: "tanto tienes, tanto vales". Esta
sentencia es el máximo reconocimiento a la mediocridad existencial.
Las "personas sombras"
de la sociedad no se valorizan por ser personas humanas, sino por los ceros de
su cuenta bancaria. No se enorgullecen de las virtudes cultivadas, ni de la
personalidad desarrollada, ni del intelecto, ni la cultura o la excelencia y pulcritud
en el hacer personal o profesional; se enorgullecen por el coche que conducen;
no se sienten realizados por los conocimientos y experiencias adquiridos, ni por las personas íntegras o interesantes que hayan conocido, mucho menos de éstas últimas, a las que sólo han visto en ellas a alguien a quien usar y tirar como se tira un pañuelo de papel, sino
por la casa que poseen en la playa, en el campo… o en otro país ¿verdad?.
El "sentido común", que
no es igual que el "buen sentido" y que además es el menos común de los diez sentidos que conocemos, les apremia a aprovechar la
oportunidad para su propio beneficio sin reparar el terrible daño que le hace a
su pueblo y finalmente a sí mismos y a sus familiares. El HONOR, la PALABRA y
la SERIEDAD que conlleva la DIGNIDAD (que no la prepotencia) del HUMANO, son totalmente desconocidos
por ellos y ellas y se burlan de esos conceptos al igual que los y las ignorantes hacen
chistes sobre las computadoras y aparatos electrónicos que no comprenden.
Para resumir; la persona corrupta pertenece a la clasificación de "los nuevos ricos" cuya conducta
siempre será disonante para todos los niveles sociales por su falta de
autenticidad. Estos elementos pueden identificarse generalmente por el cambio
en su conducta personal cuando ocupan una posición en el gobierno. Decía la
antigua sabiduría china recogida por Confucio que: "cuando una persona
cambia su personalidad al ocupar una posición es una señal clara de que la
posición es superior a la persona" y nuestra experiencia nos ha enseñado
que estas personas de autoestima tan baja, serán capaces de cualquier cosa con
el fin de mantener la imagen creada para ocultar su incolora existencia y su
paupérrima vida interior que revela su mediocridad personal.
Pero, además de los delincuentes
de "cuello blanco" y de la plastilina social que se deja envolver en
conductas y prácticas egoístas y traidoras, prácticas que van destruyendo sus
naciones junto al futuro de sus descendientes, existe otro tipo de elemento que
carga sobre sus hombros igual responsabilidad que los anteriores sin los
beneficios materiales de los delincuentes. Este otro tipo de elemento social
que por paradoja es el principal perjudicado de toda esta locura de
enriquecimiento ilegal, son el ciudadano y la ciudadana indiferentes.
Los y las indiferentes permiten
que se les conculquen sus derechos a una vida mejor, dejan que se sacrifique su
salud y la de los suyos al permitir el robo en los presupuestos de salud
pública; condenan a sus hijos e hijas a un existencia miserable al permitir la
corrupción en el sistema educativo; han aceptado comer cada vez menos al
permitir la devaluación de sus monedas para beneficio de aquellos que después
de cada elección demuestran no conocerles, y de aquellos que sustentan a los
gobiernos (el capital), en fin, permiten que les destrocen sus vidas trabajadas
dura y honradamente para beneficio de los vivos que han hecho de la
"política" su profesión.
Cuando ya la corrupción llega a
extenderse a lo largo y ancho del cuerpo social ya no es lucrativa y estamos
inmersos en un estado de desorden generalizado en donde no hay respeto por nada
ni por nadie. Las reglas y leyes que permiten el juego social civilizado no
tienen ninguna validez y sólo existen para llenar estantes y complicarle la
vida a quienes aún se pueden permitir el lujo de ir a las universidades a estudiar las leyes. La sociedad se ha convertido en una selva en pestilente
putrefacción donde nadie tiene autoridad y la corrupción es parte del salario
normal, sólo que muy desigualmente repartido.
Nada funciona en una sociedad
corrupta y solo el dinero te hace creer importante o simpático, o te reconoce
un derecho que tenías por haber simplemente nacido.
¿Es esta la sociedad que nos
proporcionará la Felicidad?. ¿Es a eso que tus sueños dorados de la juventud te
motivaban?. ¿Deseamos vivir entre hipócritas, embaucadores, ladrones,
timadores, degenerados e inmorales delincuentes?. Todos somos responsables del
resultado; unos por corruptos y otros por corruptores; unos por comisión y
otros por omisión.
Es hora ya de que hagamos
conciencia de que este derrotero debe ser detenido, que tenemos el deber y la
obligación de detenerlo. Todavía hay tiempo para no seguir caminando hacia la
destrucción y el suicidio. Es necesario que entendamos lo que las minúsculas
abejas ya saben: no hay vida fuera de la colmena y si la destruimos o dejamos
que la destruyan, todos y todas pagaremos las consecuencias.
La corrupción es una enfermedad
sumamente contagiosa y dañina, lo destruye todo: la vida de la sociedad y la
vida personal de todos y todas. Nos afecta en todas nuestras actividades y es
la retranca principal a nuestro desarrollo y al futuro mejor de nuestros hijos e hijas,
también es el principal motivo para violar los Derechos Humanos e instaurar
dictaduras.
No existe mayor o menor
corrupción, existe LA CORRUPCIÓN. Hay que enfrentarla para poder ejercer el
derecho a la vida, a la tranquilidad, a la igualdad, a la fraternidad, a la
felicidad, el conocimiento, la solidaridad y la libertad. Mientras exista como
sistema nadie podrá vivir tranquilo y el derecho, cualquier derecho, siempre estará condicionado a lo que deseen los corruptos y cuidado: sus deseos no tienen ni
límites ni moral.
Todo el dinero y recursos acumulados por los
corruptos es nuestro dinero y son nuestros recursos, los míos y los suyos (los nuestros). ¿Hasta cuándo permitiremos este
saqueo sin límites?. ¿Hasta cuándo seguiremos alimentando a estos cuervos que
luego nos sacarán los ojos?.
Todos y todas debemos contestar
estas preguntas y debemos estar conscientes que el permanecer indiferentes no
garantizará nunca que no seamos victimas de sus desmanes y su avaricia.
¡Basta Ya!
Y que no se nos olvide que para destruir un país, un Estado, una nación, una ilusión... mediante la corrupción es necesario la combinación de dos premisas:
Y que no se nos olvide que para destruir un país, un Estado, una nación, una ilusión... mediante la corrupción es necesario la combinación de dos premisas:
- DIRIGENTES AMBICIOSOS Y SIN MORAL Y
- UN PUEBLO INDIFERENTE E INSENSIBLE ANTE SU PROPIA DESGRACIA.
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