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viernes, 29 de agosto de 2014

ORIGEN DEL RIFIRRAFE WILLY TOLEDO-"PODEMOS": LAS TRIBULACIONES DE WILLY

Paco Bello
25/08/2014

El mundo que hay más allá del mundo, y me refiero a ese que solo nos pertenece a nosotros, es mucho más complejo que el mundo colectivo; aquel sobre el que navegamos pero del que no siempre somos conscientes. Infinitamente más perturbador, que ya es decir. Y bien o mal levantado, una vez fragua, es un mundo con unos cimientos tan sólidos, que difícilmente nos permitirá cambiar algo más que su estética si no dedicamos la vida entera a deconstruirlo.

Es por eso que no es cómodo, ni justo ni sencillo juzgar a nadie cuando todos tenemos tanto trabajo de puertas adentro. Pese a ello, cuando nuestro muy respetable derecho a opinar alcanza al resto, encontramos una legitimación para hacerlo.

A mí, Willy, por lo que he podido ver que va haciendo, me cae bien. Además, como me ocurre con otras muchas personas, comparto sus inquietudes y reivindicaciones; algunas como ideal, y otras como justicia efectiva. A pesar de eso desde luego no lo considero un referente intelectual, ni mucho menos, sino alguien peleón con buen fondo, como el equivalente a un nuevo rico en versión activista. Y hago la comparación porque el nuevo rico es el más exagerado con los placeres del dinero, y el nuevo activista, especialmente el que nunca las ha pasado putas aunque él mismo crea ser un símbolo de lucha y desdichas, es el más radical de todos con muy pocas excepciones (que sí las hay).

Para el que no lo sepa, esto viene a cuento de las declaraciones sobre Podemos que el actor ha publicado en su Twitter:



Creo conocer, mejor o peor, la trayectoria y las opiniones de la mayor parte de las personas comprometidas (de los que crean o generan opinión) en este país (algunas muy conocidas y otras no tanto o nada) desde hace muchos años, y de Willy sé algo en este sentido dentro de lo que yo considero compromiso y al margen de su republicanismo y su posición en lo que conocemos como artistas progresistas, desde el caso de Aminatu Haidar, hace menos de un lustro.

Por eso no me resultan sorprendentes sus declaraciones. Porque aunque se pueda ser hijo de un médico (comunista, sí, pero médico), haber estudiado interpretación en EE.UU. y haber pasado cuatro años en Cristina Rota, y aún así saber lo que es el mundo real y ‘sentirlo’: no es lo habitual.

Y es que, aunque evidentemente no es un asunto de calzado o licor, hay dos prototipos comunes entre los extremistas de izquierdas (por válidos que idealmente sean sus extremos): los jóvenes que han nacido en un barrio periférico, se llame Vallecas u Hospitalet, pero que a pesar de ello nunca han dejado de tener unas buenas zapatillas de marca (o unas botas Dr. Martens si su ‘estilo’ es otro), o los maduritos que después de haber bebido mucho Dimple o Cardhu, se han visto conmocionados por las grandes injusticias de este mundo.

Y está muy bien ser extremo en las reivindicaciones justas: ¡acabemos con las clases sociales y la desigualdad!, ¡acabemos con la explotación!, ¡acabemos con la propiedad privada!, ¡acabemos con el capitalismo!, ¡hagamos la revolución! ¿Quién me acompaña? Y ver que entonces es cuando el ‘reponedor’ del supermercado, la secretaria del bufete, el teleoperador, el pensionista, el barrendero, el parado con prestación, y el profesor de secundaria miran hacia atrás, y ven a su familia, sonríen y siguen con su tarea, o piensan en los neumáticos del coche que están para cambiar y no sobra la pasta, o en ese diente picado que hay que arreglar, o en cómo superar la depresión a la que le han llevado las nuevas condiciones que tiene que soportar dentro del trabajo. Y es cuando los valientes que hacen el llamamiento, a algunos de los cuales mañana su mamá les preguntará qué quieren comer, o aquellos a los que les saldrá un buen proyecto en la Nueva Tierra, ven pasar una sorrasca dando vueltas por delante de sus narices mientras el mismo viento parece silbar algo de Ennio Morricone.

Está muy bien, ya digo, quejarnos también de que desde dentro del sistema no se puede hacer la revolución, o de que la nueva herramienta de subversión la lideran unos pocos, pero ¿cómo lo haces desde fuera, con quién y a qué precio?, y a quién ponemos a provocarla y conducirla ¿a ti, o a los sueñan un mundo ideal y pueden permitirse pasar el día en asambleas o comités?

Las cosas no funcionan así. Desde afuera es desde donde no se va a poder hacer nada, desde donde no hemos podido hacer nada excepto provocar el intentar hacer algo desde dentro. Y en cuanto a los líderes, y esto lo veremos con los ‘ganemos’ que se están presentando: el que no tenga un nombre reconocido y reconocible al frente no logrará respaldo. Tiempo al tiempo.

Y me alegro de que sean los que son los que están conduciendo este carro. A mí me gusta mucho la gente, el ser humano, pero eso no me hace creer que todo el mundo sea capaz. Y dadas las circunstancias ya me parece muy valiente plantear la recuperación de los sectores estratégicos, la mejora de los derechos sociales, proponer una auditoría de la deuda, la jubilación a los 60, una fiscalidad realmente progresiva, un nuevo modelo educativo, un nuevo modelo de comunicación, la revocación de los cargos electos y establecer la participación como la base de la democracia. Repito: ya me parece muy valiente para empezar aunque el objetivo a largo plazo sea otro todavía mejor, más completo.

A esto se le llama responsabilidad, conciencia, oportunidad y empatía. Cualquiera de los que pensaron Podemos es tan de izquierdas como el que más, y hace un gran esfuerzo para comprender y llevar a la práctica lo que es posible por encima de lo que le piden esos cimientos de los que hablaba al principio. Lo fácil, lo que hace un niño mimado, es querer hacer su santa voluntad sin medir las consecuencias. Lo que hace un hijo de papá es poner falsamente a todo el mundo al mismo nivel de comprensión, de cultura, de inteligencia y de experiencia: es muy cómodo, y queda muy progre y muy vanguardista, y es una sublime idiotez. Lo que hace un presuntuoso malcriado (aunque sea un tipo entrañable) es, sabiendo quién es a nivel mediático, lanzar un mensaje vacío de argumentos en twitter para ‘resolver’ un asunto tan serio.


Como es igual de contradictorio quejarse del poco poder de los Círculos para a continuación decir esto:



O arremeter contra los líderes y estar enamorado de Cuba.

A estas alturas ya ni estoy harto de los incoherentes.

PODEMOS EN CÁDIZ. Willy Toledo (Parte 1)

Seguramente, Willy, a Podemos se le puede hacer mucho daño ya hoy, y hacérnoslo así a nosotros mismos. Pero dudo que sepas cómo (afortunadamente). Y es muy posible que, si esto felizmente llega a buen puerto, algún día sí sea necesario entrar al trapo, o puede que no. Pero es terrible e infantil cargar contra algo que todavía está en pañales y que puede mejorar la vida de la mayoría de la población. Y todo porque una propuesta no se adapta plenamente a nuestros ideales: esos que solo seguirán cuatro nostálgicos teóricos de lo que no han podido experimentar.

Desgraciadamente, Willy, la gente común aún necesita referentes o alguien que tire del carro, a pesar de que muchas veces solo los medios logran hacer referente al que no lo merece. Haz un esfuerzo, no te dejes influenciar por el fanatismo de cuatro iluminados, y pasa de maduro a adulto, que aún estás a tiempo. Hay gente más joven que ya lo ha hecho:

Cubainformación 12 de junio de 2013



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