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viernes, 3 de octubre de 2014

FEMINISMO: LA PALABRA MALDITA

Ana Fernández de Vega
"Indica con Género. Divulgación Feminista y Opinión"
25 de septiembre de 2014


He pasado un par de días en Pamplona impartiendo unas sesiones a las compañeras de las Unidades de Igualdad de Género de los departamentos de la Administración Foral. En su práctica mayoría, son mujeres (y dos hombres) en férreo compromiso con la incorporación de la igualdad de género en la práctica administrativa. Pero cuando se trata de hablar de “feminismo” las resistencias aparecen.
Casualmente, ONU Mujeres está lanzando estos días la campaña HeForShe. Emma Watson lanza un discurso sincero y emotivo en el que, entre otras cosas, aborda precisamente la impopularidad de la palabra feminismo y recuerda lo que este término significa realmente.
La actriz inglesa, definiéndose así misma como feminista, y haciendo un repaso por las ideas básicas que engloba la igualdad de género, llega a decir también que “no es la palabra lo importante” sino “la idea y la ambición que hay detrás” de ella.
¿Es esto verdad?
¿Nos vale más pelear por el fondo de una palabra incómoda que defender el uso de la misma? ¿Acaso no es de rigor loar todo lo que engloba la palabra “feminismo”, desde su historia hasta sus múltiples matices que dan riqueza y color a la igualdad entre mujeres y hombres?
Por supuesto que yo creo en la importancia del fondo pero también creo en la forma:defiendo la palabra feminismo y opino que debemos nombrarla y nombrarnos con todas sus letras, porque:
  • Si apostamos por los mismos objetivos que el feminismo defiende, ¿por qué evitar denominarnos feministas?
  • Si creemos en la igualdad de derechos y responsabilidades entre mujeres y hombres, ¿por qué omitir que creemos en el feminismo?
  • Si sabemos que la transformación del sistema de sexo/género atraviesa la reformulación de los roles y la reinvención de lo que significa ser hombre o mujer, ¿por qué no situar esta convicción en el marco del feminismo?
¿Por qué sigue habiendo tanto miedo a la palabra feminismo?
 Más allá (y junto con) todo lo que Emma Watson traslada en su intervención (y que previamente ya lo han trasladado hasta la saciedad feministas de diversa condición) yo echo de menos la referencia a dos conceptos fundamentales: el privilegio y el empoderamiento.
 Privilegio
Diluir los roles. Equiparar y extender los derechos. Repartir los trabajos. Equilibrar los tiempos de vida. Garantizar la autodeterminación y decisión de las mujeres. Defender la vida de las nacidas. Sobrepasar los estereotipos. Coeducar. Escuchar todas las voces y darles igual autoridad. Revalorizar lo tradicionalmente femenino. Penalizar las actitudes y comportamientos machistas.
he can do itTodos estos objetivos y más, que forman parte del cuerpo teórico y político del feminismo, llevan consigo una consecuencia inevitable: abolir el privilegio masculino.
Podemos hablar de igualdad entre mujeres y hombres, podemos apostar por la diversidad, puede incluso ponerse de moda de repente ser feminista… pero si no tenemos claro que aplicar el feminismo implica irrenunciablemente abolir los privilegios masculinos en todos los ámbitos de la vida en que se expresan, “feminismo(s)” se volverá una palabra vacía.
Porque, queridos, ser feminista no es sólo amar bien a las mujeres o defender la igualdad, es renunciar a todas esas parcelas (de tiempos, de trabajos, de dineros, de poder y autoridad, de atenciones y cuidados…) que todavía tenéis casi en exclusividad y compartirlas con nosotras.
Empoderamiento
rebeledes en casas y plazasCapacidad de autodefinición. Posibilidad de expresión. Autoridad para nombrar el mundo. Ejercicio activo de la ciudadanía. Defensa individual y colectiva de los propios derechos. Garantías materiales para desarrollar la propia vida. Poder para decidir. Sabiduría para distinguir lo socialmente construido. Lucidez para identificar los factores de opresión. Fortaleza para derribarlos.
Todas estas claves y más son necesarias para potenciar el empoderamiento de las mujeres, sin el cual el feminismo se queda en una realidad ilusoria.
Empoderamiento de las mujeres y fin del privilegio masculino son las ovejas negras del feminismo y, por eso, esta palabra es impopular. Por eso les causa rechazo a muchas mujeres nombrarse así: porque nuestra feminidad tradicional no nos ha inculcado sentirnos fuertes y combativas. Por eso tantos hombres la rechazan: porque es muy duro reconocer que el sistema te sitúa en la posición privilegiada y que un imperativo ético te obliga renunciar a ella y a asumir las consecuencias.
Siempre fue más fácil vivir sin verlo todo.
i love feminismEs muy importante que no perdamos de vista estos dos conceptos porque, efectivamente, mujeres y hombres vamos de la mano y estamos implicad@s en la igualdad de género, pero a cada quien le toca desempeñar un papel en esta aventura, aunque a unas y otros nos toque igualmente revisarnos y sacudirnos.
Mientras no lo asumamos, podremos hablar de feminismo y de igualdad todo lo que queramos pero estaremos caminando en vía muerta.
Sin estos dos fundamentos el feminismo simplemente no es.
Más info aquí:
HeForShe, A Solidarity Movement for Gender Equality. UN Women.
¿Por qué el Feminismo sí debe llamarse Feminismo? María S. MArtín Barranco. Especialista en Igualdad.

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