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lunes, 9 de julio de 2007

ELLOS Y NOSOTROS: CRUZANDO MIRADAS

ELLOS Y NOSOTROS: CRUZANDO MIRADAS
(Publicado en Revista Cultural "Valle de Ricote" Nº. Junio 2007 )

"A fuerza de ser siempre de otra parte, te vuelves necesariamente diferente. Interesas, te preguntan o chocas, eres una peculiaridad móvil en el tiempo, en el espacio y en las distintas ideas que la gente puede hacerse de "el extranjero". Pero figúrate, tan incómoda como pueda resultar, a veces, esa piel de extranjera en todas partes, también es cierto que te da una libertad inestimable. ¡Yo no la cambiaría por nada del mundo!"
Malika Mokedden


Interculturalidad, multiculturalidad, inmigración, ilegal, sin papeles, con papeles, integración, mediación social, guetos, diversidad cultural, extranjero, racismo, xenofobia…, son palabras, aunque mucho más que eso.
¿Cuántas veces las hemos escuchado o leído en los medios de comunicación?. A diario, sólo que, dependiendo de si la noticia ofrecida contiene elementos conflictivos o de exclusión, el contexto que las rodea nos sugiere connotaciones negativas, traducidas en prejuicios contra todo un colectivo o una comunidad.
Por el contrario, cuando de lo que se trata es de relatar historias de desgracias humanas allende los mares o en el cruce de ellos, de contar experiencias sobre programas, actividades o servicios de Mediación Intercultural, de Integración Escolar o Social, se nos pinta con colores diversos, de diversidad, diría yo. Se nos explica que en la paleta del pintor, estos colores se pueden llegar a mezclar, suavizar y atenuar hasta obtener tonalidades preciosas y nunca vistas. Incluso se nos invita a utilizar en sus gamas más puras, con toda la naturalidad del mundo y no pasa nada por ello.
Se me hace complicado combinar teoría, pensamientos y sentimientos hacia "ellos" y aplicarlo en el día a día. Se me convierte a veces en conflicto el simple hecho de explicar y difundir estos conceptos entre "nosotros". Es el momento en el que, aun con deseos de que se mire la inmigración como una OPORTUNIDAD para todos y todas, tanto para "ellos" como para "nosotros", no puedo evitar que, en términos generales se perciba más como un PROBLEMA. Reconozco que esto es un reto y que para reubicarme en el día a día y no distanciarme en exceso de la realidad, preciso miradas desde fuera que me hablen, que me digan.
Cuando las personas abandonamos nuestra tierra y nos vamos a otro lugar del mundo a buscar trabajo, irremediablemente surgen elementos que van cogidos de la mano unos de otros: primero la separación, casi siempre traumática, de la familia y, después el intento de reagruparla; posteriormente la necesidad de encontrar una vivienda, un alojamiento digno; al mismo tiempo resolver asuntos relacionados con la documentación personal; cómo no, la emergencia de barrios multiculturales, aunque organizados casi siempre por lugar de procedencia; con el tiempo surgen relaciones personales y aparecen en escena matrimonios mixtos; no nos olvidemos de la acogida a destiempo o fuera de plazo en los centros escolares de niños y niñas de otras culturas que, además, en muchas ocasiones van y vienen dependiendo del errar al que se vean obligados sus padres y madres. En definitiva, surgen debates, porque aunque no lo sepamos ver siempre, nos encontramos ante una temática sensible que, de una forma u otra, nos afecta a todos y a todas. Esta es una realidad imparable.
Estamos en el momento en el que debemos ver la necesidad de construir un mundo de convivencia y respeto mutuo, que nuestros hijos y sus hijos hereden de nosotros estas relaciones para, todos juntos preservarlo y, caminando hacia delante, conseguir desarrollarlo desde un concepto de desarrollo humano.
Es necesario ¡ya! que NUESTROS ojos, los de "ellos" y los de "nosotros", dejen de cruzar miradas de forma puntual, eventual y hasta de soslayo. Es necesario aprender a desarrollar otro tipo de mirada, que podamos sostener de frente, con nobleza, con sinceridad cálida, dejando prejuicios atrás, acercándonos unos y otros, viendo sólo a la persona, y es que los ojos de mirar no son los ojos de ver; los ojos de mirar están en el corazón y con él podemos mirar lo que queramos….., lo que queramos. Podemos quedarnos con la visión de que todos tienen el mismo color de ojos, o podemos mirar que cada iris es único e irrepetible.
Sé que dependemos de la vista más que de ningún otro sentido para movernos por el espacio que nos rodea. Nuestro proceso de socialización se ha hecho de forma tal que de una sola mirada, que dura una fracción de segundo, solemos hacernos una idea preconcebida y, desde luego, yo soy la primera que tengo muchas dudas, claro que las tengo, pero también sé que a mí quien más me preocupa es quien no tiene ninguna.

Isabel G. Marhuenda