Vistas de página en total

domingo, 3 de septiembre de 2023

LA SOLIDARIDAD CON JENNI SIGUE EN EUROPA. MIENTRAS, EN ESPAÑA...

 


El Dortmund muestra una pancarta de apoyo.

La formación docente es tan importante para la calidad del proceso educativo y la sociedad en general que la Unesco llegó a indicar que “si las y los docentes no cambian, no podrán hacerse cambios relevantes en los procesos educativos para que estos sean conforme a la necesidad que se genera de las demandas sociales”.

Cuando hablo de docencia o educación, no me circunscribo solo a los colegios o centros educativos donde se imparte enseñanza formal y reglada, ya que en el ámbito de la intervención-acción social y socioeducativa, donde desarrollamos nuestra profesión las educadoras sociales, cualquier espacio donde se trabaje con un grupo, con un colectivo, con una metodología pre diseñada y con unos objetivos a alcanzar bien identificados, se convierte inmediatamente en un espacio de educación no formal. Estoy pensando en los cursos de formación de personas adultas, en las Escuelas Deportivas, en los campamentos y escuelas de verano, en las Casas de la Juventud, etc. etc. Para hacerme comprender mejor, digamos que, a diferencia de la educación formal, la no formal es una educación organizada pero no totalmente institucionalizada debido a que tiene lugar en un contexto extraescolar.

No obstante, el hecho de que no esté totalmente institucionalizada, no significa que a quienes desarrollen estas acciones, no se les deba exigir una formación sólida y consolidada sobre educación en valores y para una ciudadanía activa, sobre pedagogía y didáctica, sobre psicología evolutiva… además de las herramientas prácticas que pretenda enseñar, así sea tejer un bolso a crochet. En definitiva, los conocimientos y las herramientas que permitan enseñar, en caso de tratarse de un equipo de fútbol de niñas, por poner un ejemplo, no sólo a pegar una patada al balón sino a educar en valores de igualdad, inclusión, respeto, libertad, democracia, rechazo a actitudes machistas…

El carecer de esta formación, por mucho que se esté contratada y se cobre un sueldo, da como resultado que sólo se sepa enseñar a pegar patadas al balón, pero que, cuando alguien hable sobre el caso Rubiales como ejemplo de lo que es el sexismo y el machismo en el fútbol y de la importancia que tiene el aprender y saber identificarlo como una agresión sexual que comete alguien que está ejerciendo abuso de poder, quien sólo sabe pegar patadas al balón y enseñar a pegarlas, manifieste sin rubor ante niñas adolescentes algo como “ohhhhh, qué pesaos son con lo de Rubiales, estoy harta de este temita”.

Esto es muy grave y solo demuestra que no se poseen las competencias laborales mínimas que se han de exigir a quienes trabajan con menores, sobre todo con niñas. Además, obviamente, revela una falta de empatía y sensibilidad, también de desprecio, al clamor social y en todo el ámbito deportivo del Estado español y mundial. Por no hablar de la falta de SORORIDAD, esa que un día, con total seguridad, si se recibió. Solo es necesario comprobar la repercusión que en la misma ONU está teniendo el llamado “caso Rubiales”. El mismo portavoz del Secretario General de las Naciones Unidas (ONU), Stephane Dujarric, manifestó esta semana "No hay ningún indicio de que fuera consensuado" "Espero que las autoridades españolas se ocupen de este caso de una manera que respete los derechos de todas las mujeres"

Vergüenza ajena es lo que provocan estas “pseudo profesionales”. Eso sí que provoca hartura, eso y que nadie les llame la atención y les exija formación para el desempeño del trabajo con grupos.



El sindicato FIFPRO apoya a Jenni Hermoso: "Ya hemos tenido suficiente". El sindicato internacional de jugadores y jugadoras, que engloba a organizaciones sindicales de 66 países, emite un comunicado de apoyo a la futbolista española en el que exige "cambios y mejoras" en el fútbol femenino.

Isabel Galeote Marhuenda