En menos de un mes, han sido asesinadas 24 personas en Colombia, lideresas
y líderes sociales. Así lo indica un informe reciente de la Organización Cumbre
Agraria y el Congreso de los Pueblos. Sólo esta semana, las víctimas se cuentan
en cuatro líderes activistas, defensores y defensoras de derechos humanos. Se
trata de Felicinda Santamaría, en Chocó; Luis Barrios, en Atlántico; Ana María
Cortés, en Cáceres-Antioquia y Margarita Estupiñán en Tumaco. Algunas de estas
personas pertenecieron a la campaña presidencial del candidato por Colombia
Humana, Gustavo Petro. El paramilitarismo en Colombia, a quien se ha asociado
desde hace mucho tiempo al ex presidente Álvaro Uribe, mentor y manijero del
recién elegido presidente con indicios más que sospechas de haber manipulado
muchos votos, Iván Duque, ha fraguado un plan de exterminio para acabar con la
vida de los líderes vinculados a la campaña electoral de su opositor, según han
manifestado personas allegadas a Gustavo Petro. Tal y como hicieron en su día
con militantes y candidatos de la Unión Patriótica.
Nuestro invitado, Luis Alberto Rubiano, teólogo luterano. Pastor
Protestante y Defensor de Derechos Humanos en Colombia es periodista,
comunicador social de la vieja escuela. De esa gente que tenía claro que la
función y compromiso ético y real del periodismo es informar de manera
imparcial, no como ahora que creen que el periodista es un opinador a sueldo.
Cuando toca opinar, escribe una editorial. Desde antes de nacer ha estado
comprometido en procesos de lucha de trabajo. Es más una persona de estar con
la gente, de estar en el barrio. Lo recuerdo en la Asociación Popular de
Inquilinos, ASPI, conversando con la gente, ayudando a pegar ladrillos, más que
ir por ahí de dirigente sin dirigidos. Si hay alguien a quien le podía ir bien
las palabras fiabilidad y lealtad, es él. Nunca lo he visto flaquear ni
chontear y eso que le han atacado a su familia, a su situación económica,
social y emocional. Como persona, es un ser humano que lo único que ha hecho en
la vida ha sido luchar por el derecho de las personas y nunca por los de él.
Jamás lo hemos visto pelear por nada para él, ni pedir nada, pero sí hacerse
encarcelar, golpear y torturar por los derechos de los demás. Lo único que ha
hecho en la vida realmente, ha sido eso. Es un místico, cristiano
prácticamente, fan del hijo del carpintero. Es de los frutos de esa siembra que
hicieron los curas rojos, los Curas de Golconda, que incidieron en muchos
procesos que siguen existiendo en América Latina, con ese sincretismo
maravilloso e interesante de lo que es el misticismo bien entendido y que
consiste en rescatar los valores del amor al prójimo, del bien común, y
llevados a este plano tan humano y mundano. También es alguien que está
trabajando muchísimo con los más de 8.500 presos políticos que hay en las
cárceles colombianas. Ahí desarrolla un trabajo en silencio, sin ser conocido
ni reconocido, pero un trabajo muy duro. Es de esas personas a quienes nunca le
interesó dejar en la memoria de los hombres como su canción, como dijera el
poeta Antonio Machado.
Nota: semblanza preparada para la ocasión por su compañero Alberto
Cerón Díaz.
(José de Molina)
"SÓLO LE PIDO A DIOS"
(Mercedes Sosa)
Para escuchar el programa de radio, sólo tendrán que pinchar en este enlace o en la columna de la derecha en el iVoox de CLANDESTINO
https://goo.gl/Qz4aVk