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martes, 6 de octubre de 2009

PEDRO CASALDÁLIGA, TEÓLOGO DE LA LIBERACIÓN: "PUEDEN QUITÁRNOSLO TODO MENOS LA FIEL ESPERANZA"

Pedro Ramiro, María Gonzáles Reyes y Luís Gonzáles Reyes
Lunes, 5 de octubre de 2009
Revista Pueblos nº 39-Septiembre de 2009-Entrevista

A sus 81 años, el obispo emérito de la diócesis de São Felix do Araguaia es uno de los más destacados representantes de la Teología de la Liberación y se ha convertido en un referente para la izquierda latinoamericana. Desde que hace cuatro décadas llegó a Brasil para quedarse, su trabajo en defensa de los derechos de los pueblos indígenas y de los grupos sociales más oprimidos, así como su apoyo a los movimientos brasileños de campesinos sin tierra y a la revolución sandinista en Nicaragua en los años ochenta, hacen que Pedro Casaldáliga sea parte fundamental de la memoria viva de la lucha por la dignidad y por la liberación de los pueblos en América Latina.

A mediados del pasado mes de agosto, Pedro Casaldáliga recibía a un grupo de activistas sociales del Estado español en su humilde casa de São Felix, en el estado brasileño de Mato Grosso, para reflexionar que "la mundialización nos ha dado la oportunidad de reconocer que somos una sola humanidad. Somos todos iguales, debemos serlo, en dignidad y en oportunidades". Así se daba inicio a una conversación en la que se trató desde la situación política de Brasil hasta las perspectivas actuales de la Teología de la Liberación, pasando por el modelo de consumo o los retos de la izquierda latinoamericana.

Desde la perspectiva que da el llevar ejerciendo muchos años el compromiso con las personas más desfavorecidas del planeta, ¿qué significado tiene para ti hoy la solidaridad?

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La pregunta que se hace desde el Primer Mundo es ¿qué podemos hacer nosotros? Pues renunciar, por fin, que ya es mucho pedir, al privilegio de ser Primer Mundo. Renunciar a esta condición excepcional de una mínima parte de la Humanidad, si la comparamos con la inmensa mayoría de todo el Tercer Mundo. Estamos intentando subrayar siempre que la solidaridad ha dejado de ser aquella solidaridad paternalista, de enviar la ropa, los medicamentos, ciertos recursos... Ha de ser una solidaridad que va y que viene, mucho más concreta y mucho más exigente: damos y recibimos, para que también la propia solidaridad, además de alimentar personas y curar enfermedades, facilite y estimule la vivencia de la propia cultura. Porque nosotros ayudamos a personas que tienen una cultura, que no son simplemente un estómago y unas venas, sino que son pueblos. Por eso, hemos de procurar que la solidaridad sea constante, consciente, autocrítica, local y global: de ida y de vuelta.

Cuando te viste con Fidel Castro hace veinte años, él afirmó que "la Teología de la Liberación ayuda a la transformación de América Latina mucho más que millones de libros sobre el marxismo". ¿En que se basa actualmente la Teología de la Liberación?

A día de hoy, hay diferentes teologías de la liberación. Lo que se ha hecho es incorporar más explícitamente temas, sectores de la sociedad, de la vida, que antes no eran tan considerados. Han ido surgiendo las cuestiones asociadas a los indígenas, las mujeres, la ecología, los niños de la calle... Ahora, se trata de una teología enriquecida por las reivindicaciones de esos grupos emergentes y, por eso, la Teología de la Liberación ya es muy plural en sus objetivos, siempre dentro de la reivindicación de la liberación. Cuando pedimos liberación para el pueblo negro, pedimos que pueda sentirse con orgullo negro, y que no le sea privada la cátedra, la función publica, el gobierno, que no haya la segregación que todavía hay. Yes que cuando yo vine a América Latina, hace 41 años, los negros, en su inmensa mayoría, no se reconocían como tales. Incluso, se estiraban el pelo para que no pareciera cabello de negro. Ahora están recuperando su orgullo, su identidad. Algo parecido ha ocurrido con la población indígena. Cuando llegué a Brasil se decía que había 150.000 indios, mientras hoy hay un millón. En esta región, por ejemplo, los indígenas tapirapé reconquistaron su territorio, los karajá han reconquistado asimismo una parte de sus territorios, los xavante también... y todo eso tiene espíritu de Teología de la Liberación.

Una de las críticas que se le hace a la Teología de la Liberación por parte de los conservadores es que se trata de una teología muy materialista, que se preocupa mucho de intereses materiales, de necesidades físicas y olvida el espíritu, la oración. Ante eso, yo reivindicaría tres o cuatro trazos que serían indispensables en la Iglesia de Cristo: el primero, la opción por los pobres; el segundo, conjugar fe y vida; el tercero, la Biblia en manos del pueblo; cuarto, la solidaridad auténticamente fraterna.

¿Qué ha permitido que cuajase en América Latina?

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Ana Pérez

En América Latina, la Teología de la Liberación se desarrolló en un momento muy oportuno: acababa de acontecer el Concilio Vaticano II, en el año 1968
cuando yo llegué aquí- corrían vientos de cambio, tenían lugar las dictaduras militares, con lo que el contexto fue propicio para plantar pie y echarse a la liberación. Además, en América Latina hay una cierta unidad de continente. Es el único continente que puede llamarse la patria grande: Nuestra América, como decían los libertadores. Eso facilitó que surgiese una teología característicamente latinoamericana.

Recuerdo siempre cómo las persecuciones, los exilios, las torturas, los mártires, conjugaron mejor toda la realidad latinoamericana. Aquí en Brasil a veces se sentía que estábamos un poco distantes de la América Latina hispanoparlante: un país demasiado grande, con otro idioma... Pero después de todas esas dictaduras militares, donde se mezclaron los cantos y se mezcló la sangre, América Latina es más ella, y es ella y el Caribe. Eso sí, yo prefiero la expresión Nuestra América, porque los libertadores usaban más esa denominación: Bolívar, Martí, Sandino, Fidel...

En la Agenda Latinoamericana que elaboráis cada año, que sirve de base de trabajo a muchos activistas del continente, en 2009 habéis puesto como título "Hacia un socialismo nuevo". ¿Qué quiere decir esto del socialismo nuevo?

¿Quién lo sabe? (risas) Se podría decir también izquierda, o socialismo, pero en cualquier caso hay unas cuantas exigencias indispensables: primero, no se puede tener como objetivo el lucro; segundo, ha de haber una cierta igualdad, unos niveles bastantes igualitarios, por ejemplo, en los salarios de un ministro y de un campesino; se ha de reivindicar un intercambio de países de igual a igual y, finalmente, no se puede aceptar que el capital se haga el dueño del trabajo, de la economía y de la propia democracia.

Como estamos viendo con el caso de Honduras, ¿pueden volver los tiempos de los golpes de Estado a América Latina?

Quién sabe. Al menos, en Nicaragua y El Salvador, ya no podrá haber nunca lo que hubo: habrá injusticias, habrá situaciones complicadas, pero una revolución bastante popular no se pierde por completo.

Eso sí, el hecho de que un país pueda ser masacrado constantemente y no haya nadie que pueda intervenir en eso, da prueba de que la Humanidad está mal. El socialismo no puede aceptar la idea del colonialismo, del imperialismo. En este sentido, debemos gratitud a Cuba, porque, con todos sus pecados y sus excesos, el hecho de contestar tercamente al imperio es un gran servicio para América Latina y para el mundo. En ese sentido, una política mundializada podría suponer una oportunidad global.

Has venido haciendo también mucho hincapié en el problema del consumismo.

Hasta ahora el consumismo ha sido visto como un exceso de vanidades, que si hay que tener cuarenta pares de zapatos, dos televisiones, etc. Pero esto es mucho más serio: se consumen derechos, se consumen necesidades. Si hay un 20 por ciento de personas y familias que están en la situación de estar bien, que viven en la civilización del bienestar, hay un 80 por ciento que no tiene lo fundamental. El consumismo es capitalista, y todo lo malo que tiene el capitalismo lo tiene el consumismo. Si comparas lo que pasa cuando hay un terremoto en Japón y cuando sucede en Honduras, ves que en un sitio mueren tres personas y en el otro, dos mil. Los países del Primer Mundo se permiten ir haciendo, y detrás de nosotros, dicen, el diluvio. Porque lo primero que se mira no es el mundo, es la propia casa.

Para la agenda del año que viene, proponéis como lema "Salvémonos con el planeta".

Dentro de esta visión de globalidad, descubrí por fin que el planeta es nuestra única casa. Yno hay modo de salvarnos nosotros si no salvamos el planeta. Mejor aún: es bueno recordar que podemos acabar los hombres completamente y el planeta seguirá. Hasta por egoísmo, diríamos, ahora nosotros sólo nos salvamos si es con el planeta.

Se ha creado una conciencia que antes no existía: la Amazonia ha sido prácticamente descubierta, por decirlo así, en los últimos tiempos. Para la Iglesia, no existía la Amazonia. Hubo actitudes de algunos "avanzados", más bien con ideas bucólicas que políticas, que eran definidos como unos quijotes simpáticos pero no pasaban de ahí. Últimamente, con la globalización, diversos técnicos y científicos recuerdan que la cosa va en serio. Y se ha llegado a una postura más política.

Frente a todo ello, ¿qué se puede hacer?

Ha de ser un gran proceso de conversión, un cambio de mentalidad. Mientras que creamos que podemos tener todo lo que queramos, no hay solución. Precisamente porque la situación es global, ha de llegar a todas las bases la propuesta de dar una conciencia crítica sobre la situación real. Cada familia tiene el derecho y el deber de poner un cierto tope: si por un lado el padre está en una ONG de solidaridad y por otro lado el hijo está consumiendo a mansalva, con esa conducta estamos desmoralizando lo que estamos construyendo.

Es bueno que salgan tantas noticias en boletines alternativos, para que nos demos cuenta de lo que está pasando. Como dicen muchos especialistas, no va a haber problemas: ya los hay y llegamos tarde, había que resolver las cosas anteayer. Otros, más esperanzados, dicen que todavía hay tiempo, que aún se pueden resolver los problemas. Sólo que para eso se necesitan políticas oficiales. Es un gesto que una familia tenga un coche en vez de tener tres, pero no resuelve el problema del petróleo.

¿Dónde queda entonces la política?

Solo se puede resolver el problema si hay, de forma simultánea, políticas oficiales y políticas domésticas, grupales, de partidos, asociaciones, ONG. Como se está diciendo mucho ahora, hay que trabajar localmente y globalmente. Hay que dar más valor a la política. Hay que meterse en política, hay que asumir la vocación política. Si no, nos quedamos en cantar canciones de protesta. La política ha sido desmoralizada, ha ido quedando en manos de gente sin conciencia social ni responsabilidad. Tanto los partidos como los sindicatos han supuesto muchas decepciones, pero continúan siendo válidos, aunque ya no son tan hegemónicos porque también hay muchos movimientos sociales y ONG que son muy valiosos.

Las mejores ONG son las muy politizadas: cuidan de ayudar estimulando, ayudar propiciando la acción y la formación. Se debería pedir que las ONG hicieran un examen de conciencia política. Porque están ayudando, sí, pero ¿y estructuralmente? La Iglesia católica siempre ha hecho caridad, pero si no nos metemos con las estructuras, continuaremos con unas que son nefastas.

A un año de las elecciones generales en Brasil, ¿cuál es tu valoración del del Gobierno de Lula?

Lula, aunque quisiera, no podría hacer un Brasil socialista. Ahora bien, él podría propiciar muchos gestos que fueran hacia el socialismo: rebajar los salarios de los más ricos y subir el de los más desfavorecidos; facilitar oportunidades a los grupos humanos que no las tenían; poner el trabajo por encima del capital; no entregarse en cuerpo y alma al agronegocio, sino a la agricultura familiar. ¿Se puede exportar? Claro que sí, pero no dando prioridad a lo que no es prioritario. Su lema del mandato ha sido: que todos los brasileños coman una vez por día. Eso es un paso de proto- socialimo, qué menos que eso, ¿no? Pero, así con todo, hay millones que no comen cada día. Y qué jefe de Estado ha tenido la popularidad del 80 por ciento que ahora tiene Lula.

¿Cómo valoras el papel de los movimientos antiglobalización, los encuentros del Foro Social Mundial y las organizaciones que defienden que "otro mundo es posible"?

Esa conciencia mundializada nos ayuda a comprender que debemos transformar el mundo. No vale con cuidar solo la propia casa y el propio país. La utopía se hace así más posible, porque ya es una utopía con visión política, de solidaridad, con actitudes concretas. Años atrás, ¿quién podría pedir un gobierno mundial? Hoy, hablar de ello ya no es tan utópico. La utopía es hija de la esperanza. Yla esperanza es el ADN de la raza humana. Pueden quitárnoslo todo menos la fiel esperanza, como digo en un poema. Ahora bien, ha de ser una esperanza creíble, activa, justificable y que actúa. Por eso la Teología de la Liberación ha insistido tanto en la praxis: si decimos que Dios es amor hay que practicarlo; si es vida, hay que potenciar la vida. La religión no es praxis, nos decían, es fe. Pero la fe sin praxis es una quimera, y también un sarcasmo. Teóricamente, la cosa está clara; ahora, en la práctica, vamos a ver…


Pedro Ramiro es investigador del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) - Paz con Dignidad; María González Reyes y Luis González Reyes son miembros de Ecologistas en Acción.

domingo, 4 de octubre de 2009

LA CIUDADANÍA UNIVERSAL


Julio Anguita
Publico.es
4 de octubre de 2009

El 10 de diciembre de 1948, en el palacio Chaillot de París, tuvo lugar la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DDHH). Es un documento poco leído, escasamente difundido y desde luego apenas meditado y reflexionado. Entre las recomendaciones que acompañaron a su aprobación figuraba con especial énfasis el que se leyera en todas las escuelas y centros de enseñanza del mundo entero. ¿Se hace en España?

Los contenidos de la Carta adquirieron condición de obligado cumplimiento para los países signatarios de los tres Pactos que en 1966 la desarrollaban y ampliaban. En la actualidad son prácticamente todos los estados que se han obligado a desarrollarlos e incluso incorporarlos a sus textos constitucionales. Entraron en vigor en el reino de España el 27 de julio de 1977.

Los DDHH son víctimas del fuego cruzado de dos lecturas que se hacen de los mismos: la que se limita a declamar, más que aplicar y exigir, los contenidos políticos y de libertades, y la que considera con notoria ofuscación que dicha Declaración es una iniciativa burguesa y, por ende, rechazable desde la izquierda auténtica. Unos la mutilan a la hora de comentarla y los otros no han reparado todavía en su capacidad potencial para producir procesos de cambio social.

Sé perfectamente que un documento, texto o programa son papeles mojados si se carece de una fuerza democrática y movilizada permanentemente que lo haga cumplir y lo cumpla. Y de eso se trata. ¿Cuáles son las características de la Declaración y los contenidos del Preámbulo junto con los 30 artículos que la componen? Voy a reparar solamente en aquellos que en esta hora de crisis de sobreproducción del capitalismo hacen referencia a los problemas que están sufriendo de manera lacerante los trabajadores y asalariados en general.

Desde el derecho al trabajo de toda persona hasta el de las vacaciones periódicas pagadas, pasando por el de una remuneración equitativa, el de igual salario por trabajo igual, “el de protección social y el de la protección contra el desempleo”, la Declaración es hoy, en este momento, la confirmación de su oportunidad, actualidad y necesidad. Y además, ¿hay alguien que se oponga abiertamente a estos derechos?

El que esta Declaración tenga un respaldo prácticamente planetario la convierte en un texto que consagra la ciudadanía universal. Por eso cuando en el artículo 28 se dice que toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos, se está sentando el fundamento de la jurisdicción universal; algo que al desorden jurídico, nacional y mundial, le pone de los nervios. El consenso universal en torno a los DDHH –aunque sea puramente retórico– les dota de una legitimidad que genera autoridad moral.

Decía Adolfo Sánchez Vázquez que un hecho revolucionario no es necesariamente un acontecimiento que aparente y súbitamente cambie el poder político, sino más bien toda aquella acción, propuesta o alianza programática que tiene la virtud de desencadenar procesos de cuarteamiento y descomposición del sistema vigente en cada momento, y de manera simultánea ir creando la nueva sociedad con sus nuevos valores. La revolución es también y fundamentalmente el cambio personal y social hacia el hombre nuevo; es el proceso que el profesor Alsó ha denominado como sociedad paralela. ¿Creen los lectores que el sistema capitalista –y en esta precisa coyuntura además– puede asumir un orden económico y social en el que el paro esté erradicado y la ciudadanía mundial tenga asegurados los contenidos de la Declaración de DDHH? La respuesta es rotunda: el capitalismo, en sus variadas y múltiples encarnaciones, es totalmente incompatible con los DDHH, los sociales y también los políticos.

Si el objetivo universal es la consecución de los contenidos de la Declaración, se infiere algo que trastoca la filosofía al uso: la economía –y en concreto aquella que se sustenta en el mercado capitalista, la competitividad y el crecimiento sostenido– deja de ser una ciencia pretendidamente finalista en sí misma y pasa a ser una ciencia instrumental al servicio de un orden planetario socialmente justo, ecológicamente concebido y políticamente democrático en el sentido más radical del término.

Los que nos declaramos comunistas marxistas debemos tener presente que nuestra utopía es una cosmovisión, una pulsión que nos impulsa a buscar con otros y otras un mundo sin explotación, sin alienación y de plena centralidad humana. ¿No serían los DDHH esa plataforma en la que podemos encontrarnos? ¿No sería también materia de alianza la incorporación a la solemne Declaración de los Derechos Medioambientales? ¿No sería oportuno también en esa conjunción internacional hacer que la ONU se sitúe en su concepción, organización y funcionamiento a la altura de la Carta que originó? ¿No sería esta la materia de un nuevo internacionalismo?

Lo que no se puede hacer desde la izquierda es quedarse en la orilla como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca, que diría Vicente Aleixandre. Por supuesto que tampoco es admisible disfrazar la indigencia ideológica o la pérdida de identidad acogiéndose bajo el manto sagrado de la modernidad con pedigrí a lo Wall Street.

Tener fuertes convicciones no sirve si estas no se explicitan mediante el ejemplo en la cotidianeidad y el ejercicio político de inducir –desde lo particular, concreto y asequible a todos y todas– la creación de fuerza solidaria, organizada y mayoritaria capaz de dirigir la marcha hacia un mundo nuevo. También necesitamos la mayéutica a lo Sócrates.


EL PAPEL DE EUROPA EN ORIENTE PRÓXIMO: UN MÍNIMO CORAJE PARA UNA EFECTIVA PARTICIPACIÓN POLÍTICA


Nassar Ibrahim
Lunes 21 de septiembre de 2009
Revista Pueblos nº 39. Especial Oriente Próximo-Geopolítica

Oriente Próximo es una región sensible desde el punto de vista político, social y cultural. Aquí tienen lugar choques y enfrentamientos, y las estrategias y las políticas interactúan. En su posición con respecto a las actuales crisis de Oriente Próximo (conflicto israelí–palestino, Irak, Irán, Afganistán, Líbano, Sudán, Somalia, etc.), la fuerza de los poderes mundiales y de sus alianzas locales se pone a prueba, junto a la revisión de sus éxitos y fracasos. A la luz de estas dinámicas, el papel de la Unión Europea (UE) es hoy aún más problemático. Apesar de la fortaleza económica, política, social y cultural de Europa, su contribución (ya sea como una unión o como Estados individuales) aún juega un papel secundario. La UE no ha logrado liderar una posición soberana, a pesar de que reúne las condiciones necesarias, tanto en el plano objetivo como subjetivo, para hacerlo.

La continua marginalización de Europa ha dado lugar a un sentimiento acumulado de desesperación y falta de confianza entre los pueblos de Oriente Próximo en lo que respecta a la capacidad real de la UE para desafiar la dominación estadounidense. Esto, a pesar de las diferentes llamadas en la región para llegar a una más eficaz, equilibrada e independiente posición europea en el plano político y social. Y a pesar, también, de que muchas voces en la región exigen que esa posición sea una condición previa para adoptar medidas prácticas que puedan conducirla hacia la estabilidad y la paz.


Cactusbones

Tras la caída de la Unión Soviética, los Estados Unidos tuvieron una oportunidad de oro para adornar su imagen y liberarse de la reclusión de la ecuación bipolar de la Guerra Fría. Lamentablemente, la ideología dominante del “Imperio Americano”, que domina el comportamiento político, ha obstaculizado esta oportunidad. Con los ataques del 11 de septiembre, las elites políticas e intelectuales, y los medios de comunicación de la Casa Blanca, exhibieron una posición pobre e ingenua para hacer frente a los infames eventos. Su política terminó impulsando al mundo a una terrible polarización, sobre la base de simples ecuaciones: la creación de un “eje del mal”, la división del mundo entre los “chicos buenos” y los “chicos malos”, y otras hipótesis, como que “los que no están con nosotros están contra nosotros”, el choque de civilizaciones, religiones, culturas, y la retórica del “fin de la historia”.

Con este proceso acelerado, el enfoque neoconservador que domina las decisiones políticas en la Casa Blanca jugó un papel dramático en la adopción por parte de la Administración Bush de una ofensiva política beligerante en diferentes niveles. Caracterizado por ataques sin restricciones y el uso de la fuerza directa mediante “excedentes políticos, militares y económicos”, sin la debida consideración a las posibles consecuencias, el Gobierno de Bush pasó a moldear el mundo según el dictamen de EE UU y la manipulación de los sentimientos del público estadounidense tras los ataques. Esto tendría una continuidad en las intrusiones en Afganistán e Irak y el apoyo ilimitado a las transgresiones de Israel contra los palestinos, dado que Israel está supuestamente jugando su papel en la “lucha contra el terrorismo”.

Impacto en las relaciones con la UE

Este enfoque ha tenido un impacto teórico y práctico en las relaciones de la región con la UE. No ha quedado espacio para la maniobra europea, al verse reducido al mínimo el papel de Europa en la zona, de modo que no entorpezca el mando americano. La UE se limita hoy a ejecutar económica, política y militarmente lo que se decide en Washington. Los países europeos se encuentran bajo el puño de la política exterior estadounidense, hasta el punto de ser movilizados
- política, militar y económicamente- para apoyar el belicismo de EE UU en Oriente Próximo. El discurso político y cultural europeo se ha transformado en virtud de la influencia estadounidense, sucumbiendo a la supremacía de la política exterior de EE UU y volviéndose un mero reflejo de la misma.

La condición y el papel de la UE en Oriente Próximo en la época de Bush y Blair se nos revela en una serie de posiciones y políticas que han distorsionado la imagen de los países europeos, y reducido la confianza depositada previamente en ellos, en el Sur y el Este de la cuenca Mediterránea. La posición europea podría caracterizarse como la resignación sumisa y una pobre formulación de políticas con respecto a la absurda omnipotencia de la Administración Bush. En este contexto, es interesante que recordemos algunas de estas posiciones europeas:

- La justificación de políticas y la polarización política amparadas en la “lucha contra el terrorismo”, y la adopción del discurso islamófobo estadounidense.

- La embarazosa posición de la UE con respecto a las incursiones israelíes en Cisjordania en 2002, la matanza de Jenin y el asedio al presidente Arafat en Ramallah en abril de 2003.

- La conformidad con el discurso estadounidense sobre la resistencia palestina contra Israel, etiquetada como “terrorismo”, en contraste con la presentación de las invasiones y las incursiones israelíes contra el pueblo palestino como de “autodefensa”.

- La justificación de las posiciones de EE UU en el Cuarteto, responsabilizando a los palestinos del fracaso del proceso de paz, al tiempo que se apoyan las políticas israelíes (expansión de los asentamientos, judaización de Jerusalén, etc.), presionando a favor de los Acuerdos de Oslo y la Hoja de Ruta, con sus posteriores fracasos.

- La aprobación de la política de asedio impulsada por EE UU e Israel contra los palestinos y su Gobierno elegido democráticamente tras la victoria electoral de Hamas en las elecciones al Consejo Legislativo Palestino de 2006.

- El apoyo a la guerra y la agresión emprendida por Israel contra el Líbano en julio de 2006 junto la sumisión ante la decisión estadounidense de rechazar el alto el fuego israelí con la intención de atacar a la resistencia libanesa. La presión europea para el alto el fuego sólo se produjo tras 33 días de destrucción total de pueblos e infraestructuras libanesas.

- La posición silenciosa y apática ante el continuo asedio israelí a la Franja de Gaza desde junio de 2006.

- La impasible y embarazosa posición ante la destructiva agresión por parte de Israel a la Franja de Gaza, que duró 23 días, a finales de diciembre de 2008, causando la muerte de más de 1.400 palestinos, 5.000 heridos, y la destrucción de viviendas e infraestructura.

- La posición de sumisión con respecto a la designación de Lieberman como ministro de Relaciones Exteriores de Israel en la derecha conservadora del Gobierno de Netanyahu, y su tratamiento como un “mero asunto interno de Israel”, sin tener en cuenta sus efectos sobre el proceso de paz y el futuro de la región.

A la luz de esta lectura, se podría afirmar que estas políticas han debilitado el papel de la UE y han puesto de manifiesto la gran brecha existente entre el desarrollo económico, político, humano y los recursos culturales de Europa, y su dependiente papel político con respecto a EE UU. Esta realidad ha deformado la imagen de la UE en la conciencia colectiva de los pueblos de la región dando lugar a una generalizada falta de confianza. En consecuencia, algunas fuerzas políticas de Oriente Próximo, incluidos algunos países influyentes, no son consideradas en la UE, mientras ésta permanezca bajo la autoridad de la política exterior estadounidense.

Una nueva estrategia

Todavía existe una oportunidad para la UE de volver a construir una estrategia política con los puntos de referencia sobre las lecciones aprendidas y las subsiguientes pérdidas y fracasos en relación con el papel, la imagen y la eficacia de la Unión. Hoy, tras el fracaso de los regímenes neoconservadores en EE UU y de la humillante salida de la Administración Bush, y después de que se pusiera de manifiesto cómo de problemáticas son las declaraciones del tipo “guerras globales contra el terrorismo”, los pueblos de Oriente Próximo, al igual que otros pueblos del mundo, observan los esfuerzos de la Administración de Obama. Esto incluye la formulación de una nueva estrategia de lucha para mejorar la debilitada imagen de EE UU y pagar el precio de la destrucción y pérdida, así como construir una estrategia eficaz que trasciende los argumentos neoconservadores intrusivos y destructivos. Existen esfuerzos para abrir canales de diálogo, incluso con fuerzas y grupos clasificados por EE UU como una amenaza para los intereses del país.

Lo que podría ser significativo, a la luz de estas transformaciones, es que la toma de decisiones europea sigue acatando las órdenes dictadas por EE UU, como si Europa careciese de la posibilidad de iniciación e influencia, incluso a pesar de que ha pagado, de hecho, el precio militar, político y económico de la inquisición de la Administración Bush. Digo esto basándome en el examen de las reacciones europeas a las transformaciones en la región y los nuevos indicadores en el mapa político mundial. Parece que la UE sigue reconociendo su segunda o tercera clase en el tren de toma de decisiones de EE UU, aunque esta política no necesariamente cumpla el enfoque o los intereses europeos.

Asimismo, no parece haber una diferencia si la Administración estadounidense está liderada por Bush u Obama. Uno mismo puede ver que toda movilización o medidas adoptadas por la UE hacia el caos en Oriente Próximo sólo llegan después de EE UU y sus estrategias (la política con respecto a la cuestión nuclear iraní, el proceso de paz en Oriente Próximo, apertura de canales de diálogo con algunos grupos políticos islamistas, etc.). Estas distintas iniciativas sólo llegan después de la luz verde de la Administración de Obama. Nadie pide a la UE que desempeñe un papel rebelde. Esto no está dentro de su naturaleza y no se ajusta a su estructura como una entidad capitalista con intereses comunes con EE UU. Lo que estoy pidiendo es que la UE (como unión o estados individuales) pueda, al menos, tener la valentía para elevarse y reflejar el mínimo de sensibilidad de los ciudadanos europeos con respecto a las guerras de agresión, violaciones de los Derechos Humanos, principios democráticos, y los convenios internacionales (que siguen siendo, teóricamente y prácticamente despreciados y violados por Israel).

Lo que estoy pidiendo es el respeto por la filosofía y la lógica de la geografía política relativa a las relaciones entre Europa y el vecino mundo árabeislámico. Uno no debe hacer caso omiso de los intereses económicos de la región, ya sea en términos de energía, mercados o incluso en los niveles culturales y sociales, así como las diferentes interrelaciones y la creación de redes en las cuencas del Mediterráneo.

Los puntos mencionados se encuentran entre las razones que hacen que el papel de la UE sea un asunto de extrema urgencia si se está preocupado por el equilibrio, y que contiene las controversias internacionales y regionales causadas por la supremacía de una superpotencia y la dominación. Es probable que esto sirva los intereses de los pueblos de Oriente Próximo y de la UE. La capacidad de la UE para rechazar su dependencia y liderar el papel que le corresponde está condicionada por una serie de factores. Se requiere en primer lugar, reafirmar la fe en Europa a fin de reflejar una visión más equilibrada y justa en el modelo de las relaciones internacionales.

Esto depende de si Europa está dispuesta a reafirmar su papel histórico y los valores acumulados a través de las diferentes revoluciones sociales alcanzadas por los europeos (sin contar con el episodio de la colonización). En segundo lugar, es necesario formular una estrategia de cabildeo político e iniciativa basada en la aplicación de las resoluciones internacionales en lo que respecta a los conflictos de Israel y Palestina. Europa debe atreverse a presionar a la ocupación israelí para poner fin a su ofensiva política contra el pueblo palestino y participar en el boicot económico. También debería tener la valentía de pensar más allá de las justificaciones “antisemitas”, manipuladas por parte de Israel para acallar cualquier voz europea que se atreva a criticar las políticas racistas de Israel y las violaciones basadas en las resoluciones internacionales y los derechos.

No hay que olvidar que la libertad y la independencia del pueblo palestino son sagradas y santas para los palestinos, árabes y musulmanes por igual. Esto presenta un punto de referencia para evaluar la gravedad de la participación internacional en la región. En tercer lugar, la convocatoria para la eficacia de la interacción cultural basada en el respeto de la diversidad y la relatividad cultural y social como una respuesta a la retórica del choque de civilizaciones y religiones.

Esperábamos una iniciativa de las elites intelectuales, culturales, religiosas y sociales de la UE que trascendiese los catastróficos resultados de la “guerra cruzada” iniciada por la Administración Bush y sus expediciones militares en la región. Lamentablemente esto no ha ocurrido. La Administración estadounidense fue tan lejos como para aprovechar la alfombra de los europeos, subestimando su autoridad. Irónicamente, la primera relativa voz racional que abordó el mundo musulmán fue la de Barack Obama desde Turquía, y en las próximas semanas ¡un discurso especial se dirigirá al mundo árabe-islámico desde Egipto!

Podemos preguntarnos en este contexto: ¿a qué está esperando Europa y por qué toda esta vacilación? Lo que se necesita es un papel europeo que pueda al menos respetar y tener en cuenta aspectos históricos, sociales, culturales y económicos de Europa y sus intereses estratégicos. Lo que se necesita es un poco de valor para invertir en una gran cantidad de poder político.


Nassar Ibrahim es director del Alternative Information Center además de activista, escritor y especialista en resistencia palestina. Ha sido editor jefe del periódico El Hadaf. Este artículo ha sido publicado en el nº 38 de la edición impresa de Pueblos, julio de 2009, especial Oriente Próximo. Versión original en inglés. Traducido para Pueblos por Mireia Gallardo Avellán.

viernes, 25 de septiembre de 2009

¡¡¡PERO QUÉ MALA ES LA ENVIDIA!!!


El País
22/09/2009
ACPress.net


Más pertinaz que el odio, más intensa que los celos y antigua como el hombre. Así es la envidia, una pasión universal que nadie reconoce sentir y que afecta a quienes la padecen y a su entorno.


Apenas unos segundos después de que el fonógrafo de Edison dejara de emitir en la sala sus primeras palabras, uno de los académicos que asistía a la presentación del aparato, el francés Jean Bouillaud, de 82 años, saltó de su asiento, agarró por el cuello al infeliz que lo manejaba en ese momento y comenzó a zarandearlo mientras profería que aquello era una farsa, un truco de ventrílocuo y que la noble palabra humana no podía ser reemplazada por un metal. Bouillaud no se había vuelto loco ni había sufrido un ataque de ansiedad. En absoluto. Se trataba de un caso de envidia entre colegas, un sentimiento tan viejo como el hombre del que se ha dicho que es el más vergonzoso de los vicios. De hecho, se le considera tan deshonroso que incluso personajes tan ilustres como el filósofo Francis Bacon no han dudado en afirmar que la envidia es un “gusano roedor del mérito y la gloria”. La Real Academia Española, más tibia en su definición, la considera un “pesar del bien ajeno”.
La envidia es un fenómeno universal, pero ni es considerada por los psicólogos una de las emociones fundamentales, ni existe una expresión facial que la caracterice de forma exacta. La envidia es un tabú social que se lleva en silencio porque, en el fondo, supone una declaración de inferioridad que no conviene revelar en público. Plutarco ya daba cuenta de ello hace casi 2000 años. En su estudio Sobre la envidia y el odio, el genial biógrafo y ensayista griego resaltaba que “nadie dice que es envidioso”, sino que para justificar ese sentimiento se alegan todo tipo de excusas. Este comportamiento, según el sociólogo de la Universidad Libre de la Lengua y la Comunicación de Milán Francesco Alberoni, se debe a que la envidia es, en esencia, “una reacción ante el reconocimiento de una derrota”.
En un intento por negar la frustración que nos produce, nos comportamos de muy distintas formas. Algunas personas optan por imitar a quienes envidian; otras, si se ven incapaces de alcanzar el mismo objetivo, se deprimen y, por último, un tercer grupo de individuos se decanta por criticar e incluso conspirar contra quienes les han superado. Todo depende de la importancia que se dé al objeto de nuestra envidia y, sobre todo, de quién sea el envidiado.
Envidiamos cuando comprobamos que otro se ha hecho con algo que deseamos intensamente o cuando otra persona logra lo que nos es imposible realizar. El resultado, en cualquier caso, es que nuestra autoestima se resiente. Los psicólogos señalan que para compensar esta pérdida, que nos resulta insoportable, hemos desarrollado una serie de mecanismos muy particulares. Uno de ellos es infravalorar la ventaja del otro, esto es, nos autoconvencemos de que lo que ha conseguido “no es para tanto”. Otras tácticas pasan por buscar desventajas en otros campos que compensen su superioridad, desvirtuar a la otra persona en su conjunto o criticar el sistema que permite que se dé semejante situación. En los casos más extremos, podemos llegar a castigar –tanto física como psicológicamente– al envidiado por su ventaja.
Esto es así, según Alberoni, porque “el envidioso desea acercarse al envidiado, ser reconocido por él, identificarse con él y sustituirlo”. En los casos patológicos, el envidioso sólo puede hallar satisfacción en la destrucción completa del envidiado, en su desgracia total e incluso en su desaparición física.
A la vista de lo universal de este sentimiento, algunos expertos se han preguntado si es posible que sus causas sean más biológicas que psicológicas. Según el biólogo molecular John Medina, autor de El gen y los siete pecados capitales, “analizar la biología de la envidia es un problema insuperable, porque no se ha aislado un gen responsable de este sentimiento ni se ha identificado una región del cerebro dedicada a la envidia”.
Medina señala que “la envidia está asociada a cuatro tipos de comportamiento: los asociados al deseo sexual, a la avaricia, a los deseos de agresión y como una reacción a la depresión que, en definitiva, puede ser tanto un componente como una respuesta a la envidia”. Este vínculo entre un sentimiento subjetivo –la envidia– y un proceso biológico –la depresión– es, para este autor, más estrecho de lo que suponemos. Tanto es así que, aunque Medina asegura que no existen píldoras contra la envidia, sí es posible que los antidepresivos nos mantengan a salvo de ciertos aspectos negativos asociados a ella.

PSICOLOGÍA DE LA ENVIDIA
La investigadora Melanie Klein, autora de “Envidia y gratitud”, una obra considerada básica por numerosos expertos en este terreno, indica que la envidia trae implícito el deseo de hacer daño. Se trata, además, de una actitud inherente a los seres humanos y que se desarrolla en las primeras etapas de la infancia, un dudoso honor que parecemos disfrutar en exclusiva. Según Juan Carlos Senar, de la Sociedad Española de Etología, “no hay constancia de que entre los animales se dé un fenómeno semejante, aunque éstos pueden utilizar mentiras y engaños para alcanzar objetivos”.
En un artículo sobre la Psicología de la envidia, el doctor Cecilio Panigua indica que la envidia “es un eco de los sentimientos de inferioridad y rivalidad sufridos por el niño durante su desarrollo psicológico, con padres y hermanos, lo que explica su universalidad e irracionalidad”. Este factor de proximidad –del niño con los que le rodean– parece especialmente importante en el desarrollo de la envidia. Así, cuanto más cercanas a nosotros sean las personas que envidiamos y cuando su superioridad se demuestra en los campos que más valoramos, el sentimiento de envidia crece. Por el contrario, éste no se desarrollará fácilmente entre personas que no se conocen apenas o entre quienes hay un abismo insalvable temporal o profesional. Por ejemplo, es más que dudoso que un físico actual pueda albergar sentimientos de hostilidad contra Einstein o Newton por los éxitos que éstos cosecharon en su mismo campo.
Puesto que la envidia se acentúa entre personas que viven circunstancias parecidas, es entre los hermanos y los compañeros de profesión donde es más relevante.* Ignazius Semmelweis fue el protagonista de uno de los casos más vergonzosos de envidia profesional. A mediados del siglo XIX, este médico obstetra del Hospital General de Viena observó que un alto porcentaje de parturientas moría tras dar a luz por fiebre puerperal, mientras que en otros hospitales, donde atendían comadronas que cuidaban su aseo y mantenían la limpieza, ese porcentaje era sensiblemente inferior. Cuando propuso que los médicos que atendían los partos se lavaran las manos con cloruro de calcio para evitar así infecciones, fue despreciado. Aún peor. Incluso cuando demostró que su -teoría era correcta, su descubrimiento siguió siendo tachado de ridículo.
Smmelweis no quería exhibir sus méritos, pero es cierto que a veces el envidiado puede vanagloriarse de ellos y hacerlo de forma que se ofenda el otro. En ese caso se trataría de una provocación. Precisamente, en el Génesis se describe un episodio que ilustra hasta qué punto puede llegar la envidia entre hermanos cuando uno de ellos hace gala, aunque sea inconscientemente, de sus virtudes superiores. En el capítulo 37 de este texto bíblico se describe cómo José, el favorito de Jacob, su padre, era profundamente envidiado por sus hermanos. Quizá tenían buenas razones para hacerlo. José no sólo disfrutaba de un físico favorecido, sino que estaba colmado de virtudes, entre ellas el don de la profecía. Además, sabía cómo resaltar lo mejor de sí mismo. Tanto fue así que todos sus hermanos, salvo Rubén, que se manifestó en contra, decidieron asesinarle. Otro de los hermanos, Judá, propuso otra idea mejor: venderle como esclavo.
En realidad, quizá José alardeaba a propósito de sus habilidades. Pero aunque se exhiban adrede los buenos atributos para producir envidia, este sentimiento no es tan profundo como cuando el éxito que se observa en el envidiado nos parece inmerecido. En ese caso, la hostilidad se dispara y la envidia da paso al rencor.
¿Pero hasta qué punto podemos llegar a fastidiar al prójimo por envidia? Un equipo de economistas de las universidades de Oxford y Warwick, en Inglaterra, comprobaron que se puede ir muy lejos. En un experimento, los profesores Andrew Oswald y Daniel Zizzo adjudicaron aleatoriamente una cantidad de dinero a distintas personas que se iba incrementando con el tiempo. En el ensayo, cada una de ellas podía destruir parte del dinero ajeno, pero sólo a costa de sacrificar parte del propio. Para sorpresa de los investigadores, la mayoría de los participantes llegó a deshacerse de su fortuna sólo para conseguir que los demás no se enriquecieran más que ellos.
Y es que, ya lo decía Don Quijote: “Todos los vicios, Sancho, traen un no sé qué de deleite consigo; pero el de la envidia no tal, sino disgusto, rencores y rabias”.

ENVIDIA E INJUSTICIA
Los psicólogos saben que el sentimiento de envidia aumenta enormemente cuando comprobamos que la circunstancia que la desencadena choca, además, con nuestro sentido de la justicia. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, si descubrimos que un compañero de trabajo ha obtenido un ascenso al cual optábamos no sólo inmerecidamente, sino que, a nuestro juicio, porque está en más que buenas relaciones con la hija del presidente de la compañía. En la historia de la filosofía, una cuestión recurrente ha sido si en los sentimientos de envidia se encuentran los fundamentos del sentido de justicia.
Freud afirma, de hecho, que ésta emana de los deseos de los envidiosos. Así, en un grupo familiar, los hermanos observarían la conducta de los demás guiados por la envidia, de forma que ninguno de ellos sea más favorecido que otro por sus padres. En definitiva, si uno no puede ser el preferido, ninguno debería serlo.

*Añadiría yo que también entre todo tipo de compañeros/as (políticos, asociativos, vecinos, etc. etc.).

jueves, 17 de septiembre de 2009

LA IMPUNIDAD DEL FRANQUISMO


José Saramago
El País
16 de septiembre de 2009

Son 114.266 personas las que, según el auto dictado por el juez Garzón el 16 de octubre de 2008, desaparecieron, en el contexto de crímenes contra la humanidad, entre julio de 1936 y diciembre de 1951, en el curso de la Guerra Civil española y, ulteriormente, durante la dictadura fascista de Franco.
La violación de los derechos humanos ha sido una desgraciada realidad a lo largo de la historia de la humanidad; sus autores, en la inmensa mayoría de las ocasiones, han quedado impunes, y a las víctimas y a sus familiares, en otras tantas, se les ha privado de la necesaria tutela judicial en los tribunales internos.
Por ello, la comunidad internacional ha ido estableciendo diferentes compromisos, ineludibles para todos los Estados, a fin de garantizar la búsqueda de la verdad, la reparación a las víctimas y el castigo de los autores de los más graves crímenes contra la humanidad. Es decir, garantizar el derecho de las víctimas y sus familiares a la justicia, como garantía del principio esencial, del que debe prevalerse todo Estado, de no repetición de los crímenes.
Respecto de los familiares -como lo ha reiterado la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos del 16 de julio de 2009 en el caso Karimov contra Rusia- la ausencia de búsqueda oficial de los desaparecidos supone un trato cruel e inhumano. Dicho de otra forma, los familiares de los desaparecidos sin respuesta oficial son víctimas de tortura.
Desde la Convención de Ginebra de 1864 sobre leyes y costumbres de la guerra, al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, pasando por la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 o los recientes Principios o Directrices de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos adoptados en el año 2005, es indudable el deber, moral y jurídico, de toda la comunidad internacional y de cada uno de los Estados que la componen, de perseguir graves crímenes contra la integridad y dignidad humana.
Las desapariciones forzadas, han sido calificadas por las Naciones Unidas como un ultraje a la dignidad humana, reconociendo el derecho a un recurso judicial rápido y eficaz, como medio para determinar el paradero de las personas privadas de libertad o su estado de salud, o de identificar a la autoridad que ordenó la privación de libertad o la hizo efectiva. Como otros crímenes semejantes, considerados de lesa humanidad, no son amnistiables ni prescriptibles según la evolución del Derecho Penal Internacional desde los principios de Núremberg.
Esa obligación de perseguir y castigar los más graves atentados contra la humanidad es aplicada sólo por algunos Estados, y de forma interesada. Y España ha de entonar por desgracia, y con gran vergüenza, el mea culpa.
España que se congratulaba en ser uno de los pioneros en la aplicación del principio de justicia universal, hoy desgraciadamente en entredicho, ignora a sus propias víctimas, somete a tormentos (según la indicada doctrina del Tribunal Europeo) a sus familiares y desoye las obligaciones contractuales internacionales dimanantes de tratados y convenios suscritos e incorporados a su ordenamiento jurídico.
Recientemente, el Comité de Derechos Humanos, en su periodo de sesiones de octubre de 2008, examinando los informes presentados por los diferentes Estados, y antes de que se declarase la Audiencia Nacional incompetente para conocer de las desapariciones que tuvieron lugar durante y después de la Guerra Civil, señaló que "está preocupado por el mantenimiento en vigor de la Ley de Amnistía de 1977", y recordó que "los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles y aunque toma nota con satisfacción de las garantías dadas por el Estado parte en el sentido de que la Ley de la Memoria Histórica prevé que se esclarezca la suerte que corrieron los desaparecidos, observa con preocupación las informaciones sobre los obstáculos con que han tropezado las familias en sus gestiones judiciales y administrativas para obtener la exhumación de los restos y la identificación de las personas desaparecidas".
El comité recomendó no sólo la derogación de la Ley de Amnistía, sino el auténtico restablecimiento de la verdad histórica sobre todas las violaciones -se produjesen por quien se produjesen- de los derechos humanos cometidas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, añadiendo que ha de permitirse a las familias que identifiquen y exhumen los cuerpos de las víctimas y, en su caso, indemnizarlas.
La naturaleza de crimen de lesa humanidad que supone la desaparición forzada de personas es, por tanto, indiscutida, en particular cuando se comete de forma grave o sistemática contra la población civil. Lo señalaba también la Convención de 2006 sobre Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, determinando la obligación de los Estados de investigar los hechos y juzgar a los culpables.
Han transcurrido más de 12 años desde que, el 28 de marzo de 1996, la Unión Progresista de Fiscales interpusiera la primera denuncia por los crímenes cometidos por los responsables de la dictadura militar argentina en los años 1976 a 1983. A partir de entonces, se han sucedido en la Audiencia Nacional española, como órgano competente para la instrucción y enjuiciamiento de los crímenes acogidos bajo la jurisdicción universal, diversas denuncias por crímenes internacionales ocurridos en diferentes países que han dado lugar a un amplio debate sobre el principio de jurisdicción universal.
Sin embargo, más de 70 años después de los hechos, en España se sigue sin conocer qué pasó, quién ordenó las ejecuciones, quién practicó las detenciones, y qué sucedió con los, al menos, 114.266 desaparecidos que se han documentado judicialmente.
La obligación de investigar, juzgar, castigar y reparar se ha obviado, de forma incoherente, en España. Peor aún, *el único juez, Baltasar Garzón, que ha cumplido, con apego a la ley, coherencia, valentía y riesgos evidentes con el deber de contribuir a satisfacer las demandas de las víctimas, se encuentra cuestionado e imputado por quienes tendrían el deber ineludible de propiciar que España honre sus obligaciones internacionales en materia de derechos humanos.
Señalaba, el relator de Naciones Unidas, Louis Joinet que "para pasar página, hay que haberla leído antes".
No olvidemos a esos 114.266, con sus nombres, apellidos e historias. Con sus madres, hermanas o hijos. No sigamos tolerando que se torture a sus familias. El olvido y la impunidad no es solamente fuente de dolor para las víctimas, es una herida abierta que lesiona la democracia. Bien dijo Francisco de Quevedo: "Menos mal hacen los delincuentes, que un mal juez".

*De momento me reservo el derecho de opinión sobre la actuación de este Juez ante otros casos en los que ha intervenido fulminante y erróneamente, a mi parecer, como por ejemplo en el de Remedios García Albert, una compañera a quien ha criminalizado y le ha puesto la etiqueta de "terrorista", sucumbiendo a los deseos del Presidente de Colombia, Uribe. Un día ya hablaremos sobre este asunto que hizo decantar definitivamente mi balanza de percepción hacia el polo negativo (con respecto a "el juez", claro está).


Firman este artículo José Saramago, Premio Nobel; José Jiménez Villarejo, ex presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo; Enrique Gimbernat Ordeig, catedrático de Derecho Penal; Javier Moscoso del Prado y Muñoz, ex fiscal general del Estado; Luis Guillermo Pérez, secretario general de la Federación Internacional de Derechos Humanos, y Hernán Hormazábal Malaree, catedrático.

martes, 8 de septiembre de 2009

CARGA BRUTAL DE LA POLICÍA ESPAÑOLA CONTRA OBRER@S ANDALUCES

Testimonio desde el Infierno. Así es como se puede definir lo que han vivido hoy unos 600 militantes del SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores), durante la ocupación sorpresa de Canal Sur y la estación de Trenes de Santa Justa.
8 de septiembre de 2009
Fernando de Válor
A falta de documentos gráficos que aún tienen que salir, me he molestado en hacer esta crónica personal, pero de seguro compartida mayoritariamente por todos los presentes, como militante del SAT y como testigo y participante de lo sucedido hoy en Sevilla.
Ha habido decenas de heridos, doce detenidos (todos del sindicato, que están aún en comisaría), insultos, amenazas y sucesivas palizas indiscriminadas y duras de la policía sin provocación ni violencia por parte de los sindicalistas agredidos…ha habido una concentración masiva frente a las dependencias policiales donde mantienen detenidos a nuestros militantes, y esta noche se quedarán cientos de compañeros velando por lo que pueda ocurrir.
Seguimiento:
Parece que la subdelegación del gobierno tenía ya pensado la tremenda paliza ocasionada a los trabajadores/as. Sólo 5 minutos tardó la policía en sacar las porras para pegar sin ningún miramiento a niños, mujeres, hombres, personas mayores, jóvenes…que intentaban entrar por sorpresa en las dependencias de Canal Sur Tv en Tomares. A la primera carga respondieron los militantes del SAT tirando para adelante rebasando a UIP y seguridad, consiguiendo entrar un primer grupo de unos 30 sindicalistas llegando éste a la última planta del edificio, donde está la redacción de los informativos.
Comentar que esta primera carga podía haberla evitado perfectamente la policía pues cuando se dispusieron a cortar la entrada a los sindicalistas, éstos le dijeron con serenidad que sólo iban a hacer su acto y expresar sus reivindicaciones para hacerse oír, no a enfrentarse a nadie. Todo en vano, pues la policía no tardó ni 5 minutos en pegar indiscriminadamente a toda persona presente.
Luego consiguió otro grupo, en el que se encontraba Sánchez Gordillo, de unas 70-100 personas, entrar al edificio, fuertemente tomado por la policía, no pasando de la primera planta. Mientras tanto en la torre ya se habían colgado las banderas andaluzas y se explicaban a los trabajadores/as de dicha cadena el motivo de dicha ocupación.
Por otra parte, unos 4 autobuses con más sindicalistas se habían desviado desde Sevilla para el puente del V Centenario, con objeto de distraer la atención de las furgonetas de la UIP y facilitar la ocupación del edificio de Canal Sur. Este grupo fue también, según los mismos protagonistas, fuertemente agredido por la policía con múltiples contusionados y heridos, siendo resultado herido un policía tras la respuesta de los sindicalistas. La policía ha disparado pelotas de goma en el Puente a los sindicalistas, siendo detenidos en ese momento Cañamero junto a 8 militantes más del SAT.
El desalojo de la sede de canal Sur ha sido pacífico por parte de los agresores (la policía) pues los sindicalistas no iban con más arma que su razón y las palabras. Ha habido dos detenidos en esta primera acción de Canal Sur. Primero han procedido a identificar uno a uno a los presentes, para luego conducirlos a la puerta donde ya se encontraba un nutrido grupo de unos 200 compañeros/as. Los compañeros del primer grupo desalojado han bajado cantando el Himno de Andalucía puño en alto, siendo recibido el segundo grupo de igual forma mientras bajaba. Han sido momentos muy emotivos que hacía tiempo no se veían. Asimismo se han proferido otros gritos como “contra el paro, lucha obrera”, “hace falta ya una huelga general”, “chaves y zapatero, embusteros”, “la solución no es la represión”, “la crisis que la paguen los capitalistas”, “somos currantes, no delincuentes” así como el popular “Jornaleros Andaluces” entre otros.
Ya en la calle y tras presenciar cómo la UIP se llevaba, entre miradas de odio hacia los sindicalistas, a los dos detenidos que se unían a los 9 también detenidos en el puente del V Centenario.
Pero a pesar de los intentos represivos de la policía y el subdelegado del gobierno del PSOE (auténtico fascista por la masacre que ha ordenado), para parar la jornada de protesta por la crisis que sufre Andalucía y el Pueblo Trabajador Andaluz,todos los sindicalistas presentes han acudido también por sorpresa a Santa Justa, donde a pesar de la intervención de la seguridad, no han podido evitar que más de 500 jornaleros accedieran a las vías de tren para cortarlas, resultando un retraso de 40 minutos en dos trenes previstos para viajar. Durante esos momentos se ha procedido a cantar de nuevo los lemas coreados durante todo el día, siendo aplaudidos por los testigos que se encontraban allí y ante la atónita mirada de otros, que desde luego, no esperaban al ejército de sindicalistas y desposeídos que han tomado Santa Justa.
Ha sido entonces cuando ha bajado la UIP pegando indiscriminadamente a todos los sindicalistas que tenían enfrente. Ni niñas, ni mujeres, ni personas mayores, ni adultos, ni jóvenes. Nadie se ha salvado de la auténtica y cobarde paliza recibida por los sindicalistas del SAT, totalmente rodeados por la policía y las paredes de la estación de trenes. Para quien haya estado allí y para los presentes ha sido una auténtica vergüenza. La UIP ha reventado como ha querido y a placer a gente pacífica, indefensa, que en ningún momento ha empleado la fuerza. Desde aquí exijo la dimisión inmediata de la subdelegación del gobierno y la disolución de los cuerpos represivos y políticos del Estado, porque eso es lo que son y hoy lo han demostrado: una policía política que sólo está para reprimir.
Ya saliendo por las puertas se ha gritado “asesinos” y “policía asesina” y tras conducirnos a base todavía de palos por las escaleras, ha habido una muchacha joven recriminando a la policía que estuvieran pegando a un hombre mayor. Ni corto ni perezoso, un policía ha salido de dentro del recinto de trenes y le dio con saña un fuerte golpe con la porra en el vientre que le ha provocado falta grave de respiración y convulsiones, llegando a expulsar espuma por la boca, teniendo que ser atendida por la ambulancia y temiendo por su vida muchos de los presentes tras ver las convulsiones. Cuando se ha podido recuperar ha mostrado el vientre hinchado, con la marca de la porra y la sangre saltada. Han sido, desde el desalojo violento, momentos de tensión, pánico y ansiedad entre los presentes, incluso quienes no han participado de la manifestación, pudiendo verse mujeres llorando por la paliza tan injusta y con tanta saña que han dado la policía española a los trabajadores andaluces. Ha habido tres detenidos en la acción de Santa justa, cifra que no se corresponde ni con la actitud en todo momento pacífica de los manifestantes, ni con el tremendo número de golpeados, vejados y contusionados.
Tras una asamblea en las puertas de la estación, se ha decidido por parte de todos los compañeros presentes dirigirse hacia las dependencias policiales de Blas Infante, para mostrar su solidaridad e interés por los detenidos. Han sido varias horas desde las 15,00 aproximadamente las que han pasado sindicalistas mayores, jóvenes, mujeres, niños/as, soportando temperaturas a la sombra (que poca había) de 38 grados, esperando alguna noticia de las detenciones. Tras anunciarse que no iban a soltar hoy a los detenidos, se han celebrado asambleas en el Parque de los Príncipes, resultando la firme decisión de quedarse cientos de compañeros esta noche acampando frente a la comisaría donde están los detenidos, donde continúan allí a estas horas.
Para mañana está previsto que siga la protesta solidaria si no liberan a los 12 detenidos que en estos momentos se encuentran en privación de libertad.
La Andalucía Rebelde ha demostrado hoy valentía, ejemplo, tesón y dignidad. Se tienen y se van a sentir orgullosos quienes hemos estado hoy en estas acciones. Los que no han estado, deben de ir y apoyar las luchas, ahora que tan duros momentos está pasando el Pueblo Trabajador y ahora que nos muestran, ya sin careta, cuál es la intención y la política del gobierno del estado español y la junta de Andalucía (PSOE), el gobierno de los traidores, reformistas y españolistas: la represión pura y dura hacia la disidencia en Andalucía.
Vuelve a quedar claro una vez más, que ni la crisis se puede resolver desde Andalucía sin soberanía nacional ni socialismo, ni puede tumbarse el mal gobierno sin movilizaciones en la calle, donde hoy, se ha vuelto a demostrar, que la temen mucho.
Este pueblo, hoy, como desde hace ya muchos siglos, ha marchado de nuevo por su libertad y por el fin de la explotación del hombre por el hombre. Este pueblo, hoy, ha sido machacado por expresarse pacíficamente. Esta no es la Andalucía que quería Blas Infante. Pero aquí estamos, esta es nuestra tierra, de aquí no nos vamos y vamos a recuperarla, tarde o temprano, que se vayan enterando bien los esbirros del mal gobierno. Mientras el mal gobierno no tome medidas urgentes, viables y eficaces para el Pueblo Trabajador Andaluz contra la crisis; mientras la clase obrera andaluza siga desposeída de los medios de producción y distribución, mientras en definitiva, Andalucía no sea Libre, la lucha es el único camino.
VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA
VIVA ANDALUCÍA LIBRE Y SOCIALISTA

jueves, 3 de septiembre de 2009

ESA GENTUZA




Arturo Pérez Reverte
Izquierda Liberal. Pensamiento Libre
27 de julio de2009

Paso a menudo por la carrera de San Jerónimo, caminando por la acera opuesta a las Cortes, y a veces coincido con la salida de los diputados del Congreso. Hay coches oficiales con sus conductores y escoltas, periodistas dando los últimos canutazos junto a la verja, y un tropel de individuos de ambos sexos, encorbatados ellos y peripuestas ellas, saliendo del recinto con los aires que pueden ustedes imaginar. No identifico a casi ninguno, y apenas veo los telediarios; pero al pájaro se le conoce por la cagada. Van pavoneándose graves, importantes, seguros de su papel en los destinos de España, camino del coche o del restaurante donde seguirán trazando líneas maestras de la política nacional y periférica. No pocos salen arrogantes y sobrados como estrellas de la tele, con trajes a medida, zapatos caros y maneras afectadas de nuevos ricos. Oportunistas advenedizos que cada mañana se miran al espejo para comprobar que están despiertos y celebrar su buena suerte. Diputados, nada menos. Sin tener, algunos, el bachillerato. Ni haber trabajado en su vida. Desconociendo lo que es madrugar para fichar a las nueve de la mañana, o buscar curro fuera de la protección del partido político al que se afiliaron sabiamente desde jovencitos. Sin miedo a la cola del paro. Sin escrúpulos y sin vergüenza. Y en cada ocasión, cuando me cruzo con ese desfile insultante, con ese espectáculo de prepotencia absurda, experimento un intenso desagrado; un malestar íntimo, hecho de indignación y desprecio. No es un acto reflexivo, como digo. Sólo visceral. Desprovisto de razón. Un estallido de cólera interior. Las ganas de acercarme a cualquiera de ellos y ciscarme en su puta madre.

Sé que esto es excesivo. Que siempre hay justos en Sodoma. Gente honrada. Políticos decentes cuya existencia es necesaria. No digo que no. Pero hablo hoy de sentimientos, no de razones. De impulsos. Yo no elijo cómo me siento. Cómo me salta el automático. Algo debe de ocurrir, sin embargo, cuando a un ciudadano de 57 años y en uso correcto de sus facultades mentales, con la vida resuelta, cultura adecuada, inteligencia media y conocimiento amplio y razonable del mundo, se le sube la pólvora al campanario mientras asiste al desfile de los diputados españoles saliendo de las Cortes. Cuando la náusea y la cólera son tan intensas. Eso me preocupa, por supuesto. Sigo caminando carrera de San Jerónimo abajo, y me pregunto qué está pasando. Hasta qué punto los años, la vida que llevé en otro tiempo, los libros que he leído, el panorama actual, me hacen ver las cosas de modo tan siniestro. Tan agresivo y pesimista. Por qué creo ver sólo gentuza cuando los miro, pese a saber que entre ellos hay gente perfectamente honorable. Por qué, de admirar y respetar a quienes ocuparon esos mismos escaños hace veinte o treinta años, he pasado a despreciar de este modo a sus mediocres reyezuelos sucesores. Por qué unas cuantas docenas de analfabetos irresponsables y pagados de sí mismos, sin distinción de partido ni ideología, pueden amargarme en un instante, de este modo, la tarde, el día, el país y la vida.

Quizá porque los conozco, concluyo. No uno por uno, claro, sino a la tropa. La casta general. Los he visto durante años, aquí y afuera. Estuve en los bosques de cruces de madera, en los callejones sin salida a donde llevan sus irresponsabilidades, sus corruptelas, sus ambiciones. Su incultura atroz y su falta de escrúpulos. Conozco las consecuencias. Y sé cómo lo hacen ahora, adaptándose a su tiempo y su momento. Lo sabe cualquiera que se fije. Que lea y mire. Algún día, si tengo la cabeza lo bastante fría, les detallaré a ustedes cómo se lo montan. Cómo y dónde comen y a costa de quién.. Cómo se reparten las dietas, los privilegios y los coches oficiales. Cómo organizan entre ellos, en comisiones y visitas institucionales que a nadie importan una mierda, descarados e inútiles viajes turísticos que pagan los contribuyentes. Cómo se han trajinado –ahí no hay discrepancias ideológicas– el privilegio de cobrar la máxima pensión pública de jubilación tras sólo 7 años en el escaño, frente a los 35 de trabajo honrado que necesita un ciudadano común. Cómo quienes llegan a ministros tendrán, al jubilarse, sólidas pensiones compatibles con cualquier trabajo público o privado, pensiones vitalicias cuando lleguen a la edad de jubilación forzosa, e indemnizaciones mensuales del 100% de su salario al cesar en el cargo, cobradas completas y sin hacer cola en ventanillas, desde el primer día.

De cualquier modo, por hoy es suficiente. Y se acaba la página. Tenía ganas de echar la pota, eso es todo. De desahogarme dándole a la tecla, y es lo que he hecho. Otro día seré más coherente. Más razonable y objetivo. Quizás. Ahora, por lo menos, mientras camino por la carrera de San Jerónimo, algunos sabrán lo que tengo en la cabeza cuando me cruzo con ellos.