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domingo, 31 de mayo de 2009

REMEMORANDO EL MOMENTO EN EL QUE SE DIVIDIÓ LA IZQUIERDA



















Como se puede leer en la papeleta original del Referéndum de la OTAN, los sucesivos Gobiernos españoles, han inclumplido dos de las tres condiciones sometidas a voto. De vez en cuando es bueno hacer memoria.
Existe un gran cisma que separa la izquierda democrática en nuestro país, que tiene un origen bien definido y que tal vez sobre el cual y digo solo tal vez, nuestro Presidente del Gobierno debería actuar. Es una deuda más de la memoria histórica

Corría el año 1982, cuando UCD el 30 de mayo, decide que España debe entrar en la OTAN sin hacer ninguna consulta previa al respecto. Esta circunstancia es aprovechada por el PSOE, que ya prepara su campaña para las Elecciones Generales que se celebrarían el 28 de octubre de ese mismo año.
En palabras del propio Felipe González, la entrada de España en la OTAN, sólo podía ser calificada como “una barbaridad histórica” y se apresuró a sacar un manifiesto donde se detallaban más de 300 razones por las cuales debíamos abandonar los españoles dicho organismo militar.
La izquierda en España en aquel entonces, estaba dividida entre los seguidores de aquel joven Felipe que prometía consolidar en nuestro país una democracia popular de izquierdas que sin renunciar a sus principios, asegurase una convivencia pacífica y los seguidores de Carrillo, que ya en aquel tiempo empezó a mostrar una cierta intransigencia ante las opiniones que se debatían dentro del propio partido.
El momento era delicado y Felipe pidió a la izquierda el voto útil y el voto útil, era el voto socialista pues el PCE, estaba lejos de poder acceder al primer escalón. Felipe se sirvió entonces de los votantes del PCE, como se sirvió de los votantes pacifistas que vieron en su manifiesto de 300 razones para salirnos de la OTAN, una oportunidad de cambiar el rumbo de nuestra política internacional.
Al lado de Felipe González, estaba Tierno Galván y esto también contribuyó a afianzar su liderazgo.
Una vez ganado el poder, gracias a casi un millón y medio de votos del PCE y cerca de otro millón de votos de partidos minoritarios de izquierdas, Felipe González reconsidera su postura y ya no ve nuestra pertenencia a la OTAN, como “una gran barbaridad”.
Presionado por sus votantes, e incluso por Tierno Galván (desgraciada y oportunamente para el PSOE, falleció en ese tiempo) que se mantiene firme en su postura de que España debe abandonar la OTAN, en 1986, convoca un simulacro de Referéndum, con una campaña previa de miedo, haciendo sentir a la gente que votar no a la OTAN, era volver al oscurantismo.
Ese día, el día 12 de marzo de 1986, cuando gana el SI, las izquierdas se separan definitivamente y el sector de población no perteneciente al PSOE que había votado a Felipe, pasa de la frustración al sentirse utilizada a la desilusión y más tarde a la apatía.
Tras todo esto y liderados por Anguita al frente de IU, se intenta reconstruir una gran esperanza rota en mil pedazos pero para entonces ya no existen razones para creer en los políticos.
Si me permite la sugerencia Sr. Zapatero, en este momento de crisis ideológica y política, más que fijarse en establecer buenas relaciones y estrechar lazos con América, tal vez sería conveniente que tratase de arreglar este gran cisma en la izquierda de su propio país, pues no en vano, la primera oportunidad de gobernar del Partido Socialista fue lograda gracias al voto de personas que hoy no se sienten representadas por su partido y con los que tiene en cierto sentido una deuda moral. Y la verdad, no creo que sirva de mucho el ofrecer un cambio de rebequita a la alcaldesa de Córdoba para acercar las izquierdas, pues esto no hace más que confundir al electorado y poner en evidencia que dan lo mismo las convicciones si detrás hay un puesto político.
Lola Duque
Globedia.com

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