Vistas de página en total

domingo, 18 de octubre de 2020

ENCARAR O CALLAR: ¿CÓMO SE NOS PERCIBE A LAS MUJERES QUE CONFRONTAMOS LA DISCRIMINACIÓN POR RAZÓN DE SEXO?


 

Vivimos en sociedades cada vez más diversas, sin embargo, el prejuicio y la discriminación siguen suponiendo grandes obstáculos. Una de las formas más efectivas para reducir esos niveles de discriminación sexista, consiste en enfrentar y confrontar directamente a quienes tienen un discurso que va en contra de la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Por supuesto, también a quienes, en su proceder, actúan siguiendo lo que indica su pensamiento. Se trata de explicitar que su conducta, su pensamiento y su discurso son inapropiados.

Es cierto que se trata de una estrategia poco utilizada, quizás porque trae consigo costos a pagar, en ocasiones un peaje un tanto elevado, para la persona que confronta. Para empezar, suele ser percibida de forma negativa, y más aún si se trata de una mujer. A los hechos me remito, “conflictiva” es el adjetivo más suave con el que se nos suele etiquetar.

Vamos a ponernos en situación. Vamos a imaginar que, caminando por la calle, se observa cómo un hombre le hace un comentario sexista a una mujer que no conoce. Ella, molesta, lo encara y le responde que esa conducta es inapropiada. ¿Cómo creen que evaluarán las/os testigos de esa situación a dicho hombre? Y, por otra parte, ¿cómo piensan que percibirán a esa mujer? La mayoría de las personas coincidirían en que el hombre se ha comportado de forma inadecuada, pero la evaluación de la mujer que se ha enfrentado a él probablemente no esté tan clara: aunque algunas personas pensarán que ella solo se ha defendido, para otras su conducta podría estar generando un conflicto innecesario o podría estar reclamando sin muchas razones para ello.

Es la misma historia de siempre, si te callas, otorgas y contribuyes a que estas conductas se perpetúen. Si hablas y respondes, porque ves que nadie o casi nadie más lo hace, te cae una cruz en lo alto de la que difícilmente te podrás desprender.

La cuestión es que, a estas alturas de la partida, yo no me voy a callar, esté donde esté y me encuentre en el foro en el que me encuentre. Primero porque sé, puedo y quiero. Segundo porque no tengo miedo y tercero, porque me importa un pimiento lo que puedan pensar de mí. Yo sé quién soy, qué quiero, qué hago y qué persigo, y no es otra cosa que un mundo en el que mujeres y hombres tengamos las mismas oportunidades y derechos, y que estos no estén diferenciados al venir a este mundo según el sexo con que se haya nacido, que determinará las diferencias por razón del género que se ha construido socialmente en base a ese sexo.

En resumidas cuentas, que oír, ver y callar, no es una opción, al menos no para mí.

He dicho.

No hay comentarios: