Era un cuatro de diciembre de 1977, cuando las
andaluzas y los andaluces tomamos la calle para decir que verde y blanca era
nuestra sangre. Un 4 de diciembre inolvidable en el que Andalucía, orgullosa y
consciente, se levantó desde el monte hasta la mar para luchar por nuestra
gente, por los pueblos y la humanidad, como dice nuestro himno, ese que Blas
Infante escribiera y nos legara antes de que unas manos asesinas lo fusilaran y
lo arrojaran en una cuneta, como a tantos otros andaluces ilustres, como a
tantas otras andaluzas insignes. Un 1977 repleto de fascistas pululando por
todas partes rezándole a su dictador y tragando bilis al comprobar cómo un pueblo
al que creían sometido, se había alzado de forma pacífica y masiva para decir
que era andaluz y se sentía orgulloso de serlo. Un día de fiesta reivindicativa
ese 4 de diciembre en el que nos plantamos y dijimos no al 143 y sí al 151,
pero un día en el que no pudieron permitir que la celebración fuera total. Lo
tuvieron que ensombrecer porque en Málaga, nos mataron a Manuel José García
Caparrós. Ahora, vamos hacia otro 4 de diciembre conmemorativo, pero también
reivindicativo, en el que las andaluzas y los andaluces precisamos, volver a
ser lo que fuimos, una tierra viva y un pueblo libre con voz propia, porque
nuestros “dolores” como los llamaba Blas Infante, están más invisibles e
invisibilizados que nunca.
Nuestro invitado de hoy es una persona conocida
y reconocida en Andalucía. Importante resaltar lo de “reconocida”. Casi no
necesita presentación. A poco que se escucha su nombre, todo el mundo sabe de
quién se trata. Allá por 1996 fue designado Defensor del Pueblo Andaluz por el
Parlamento de Andalucía, y fue reelegido de nuevo en el año 2001 y
posteriormente otra vez en el año 2007, hasta que, en 2013, fue destituido de
forma fulminante por, según sus propias palabras, haber dicho en el Parlamento
que la ciudadanía estaba hasta el gorro de los políticos y sus peleítas. La
verdad, les confieso que a mí me sorprendía cuánto duraba en el cargo, porque
siempre fue una especie de pepito grillo, o mejor aún, una chicharra muy
molesta con ese chi-chi-chi tan incisivo y recalcitrante que hacía que más de
un oído estuviera pitando todo el día. Pero tengo que decirles, por si no lo
sabían que él, además de ocupar ese cargo, era y es más cosas. Antes de todo,
un historiador y escritor humanista, defensor de los derechos humanos y que se
embarra cuando hay una injusticia que atenaza al pueblo. Y precisamente, el
conocimiento profundo que nuestro invitado tiene de esta nuestra Andalucía, y
no solo por su labor como Defensor del Pueblo Andaluz, sino por su trabajo
previo en el Campo de Gibraltar, es que, junto a otras compañeras y compañeros
han fundado la Plataforma Andalucía Viva que, entre otras cosas, reivindica que
el 4 de diciembre, merece un reconocimiento institucional, como primer paso
para recuperar nuestra identidad como pueblo y para que hablemos en y desde
Andalucía para dejar de ser ese territorio que exporta e importa mano de obra
barata y la tierra “que divierte”. Él es José Chamizo de la Rubia.
Todo ello acompañado de excelente música de la que les dejo aquí los enlaces directos a los vídeos para que puedan disfrutar de los temas al completo.
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