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viernes, 15 de enero de 2010

MÁS RESPUESTAS AL ARTÍCULO "EL SÁHARA Y LA RAZÓN DE ESTADO" DE MÁXIMO CAJAL

No me representa, señor embajador

Hoy, EL PAÍS publica una tribuna de un tal Máximo Cajal –que firma con el cargo de embajador de España (sic), es decir, servidor tuyo y mío- tremendamente contraria a la posibilidad de la creación de un Estado saharaui en el Sáhara Occidental. No me atreveré a esgrimir argumentos del tipo la legalidad internacional ha favorecido el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui en infinidad de ocasiones. Y no lo haré porque tengo la absoluta seguridad de que don Máximo los conoce a la perfección. Sólo traeré aquí una frase que me gusta: “Ladran, luego cabalgamos”.

Esa Tribuna preconiza unas opiniones asombrosas viniendo de un embajador de España: hay que tener cuidado de a quien le damos la libertad. Os pido que la leáis porque tal vez yo esté demasiado condicionado. Desde mi punto de vista, la tesis de ese artículo es que el pueblo saharaui es muy peligroso para dirigir su propia tierra y es más conveniente que lo haga un aliado fiel –tal vez sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta- para que podamos dormir tranquilos.

Los argumentos que utiliza para sustentar sus puntos de vista son de aurora boreal, pero hay dos que me han dejado patidifuso. Uno es el secuestro del Alakrana. Ese argumento es de la categoría “como el Pisuerga pasa por Valladolid”… así que no perderé el tiempo en refutarlo. El otro ya es harina de otro costal. Parece ser que no debemos permitir la creación de un Estado saharaui… ¡Por patriotismo! Y ahí me tocan la fibra, por no decir otra cosa.

Yo me siento español, muchas veces a mi pesar. Y estoy en esta embarcada, entre otras cosas, por patriotismo. Porque quiero que España termine de una vez por todas sus tareas y favorezca que “su colonia” deje de ser el único territorio de África pendiente de un proceso de autodeterminación. Lo siento, señor embajador, pero cuando firme sus artículos, tenga lo hombría de poner su nombre y apellidos, y no le agregue más títulos, porque –entre usted y yo- ser español es algo muy diferente a favorecer el feudalismo y la tortura. Al menos, en este siglo veintiuno.

Fran O. Campillo del blog Caminando en el desierto



Respuesta del artículo “El Sáhara y la razón de Estado” de Máximo Cajal

En mi opinión el Ministerio de Moratinos prepara el "argumentario" de la Subpresidencia española de la UE.

No vimos a Máximo Cajal echándole una mano a Aminatu Haidar. Tampoco le vimos en las manifestaciones de repulsa al comportamiento de SU Ministro en ese sucio "affaire". Como tampoco vimos las banderas del Partido de "hasta la victoria final" por las calles de Madrid, en defensa de la legalidad internacional. (Por cierto, también Van WALSUM estuvo muy calladito y muy escondido, "... ahora que ya no es nadie y su voz no importará a nadie").

El lobby marroquí y los reaccionarios ya no saben qué argumentos utilizar: ¡A buenas horas vienen con..."La razón de Estado", de un Estado de mentirosos y encapsuladores, de un Estado de sucios empresarios y políticos inmorales beneficiados por los ilegales y criminales "Acuerdos de Madrid" de 1975. Una "razón de Estado" que se pasa la Carta de la ONU, el Dictamen de Hans Corell, la existencia de la RASD, la MINURSO, el pueblo saharaui y tantas otras cosas, se las pasa por el arco del triunfo (el de "la victoria final").

Ya no sirven ni los censos legales y reconocidos como tales, ni la voluntad de los pueblos, sino los muy sacrosantos "intereses de España" (¿Se refiere usted a los Borbones, los Botines, los Armada, los Tejero, los Franco...?) Después de 35 años de política FRANQUISTA nos vienen con éstas...

Señor Máximo Cajal: ¿Cómo interpreta usted que unos pocos miles de españoles hayan podido "controlar" el Sáhara "Español" durante 100 años y ahora, los saharauis, con su propio Estado, con la RASD, con su organización, sus estructuras y sus alianzas con los países que les venga en gana no vayan a poder controlar SU PROPIO territorio? ¿Por boca de qué ganso pretende usted vendernos la moto? ¿Los González? ¿Los Cherkaoui? ¿Los Moratinos? ¿Acaso el difunto Solís Ruiz? ¿Los Mohamed VI? ¿Los Borbones? ¿Los afincados en Casablanca y/o Marraquech? ¿Los Van Walsum and Co.? ¿Los Juanes Goitysolos...?

No se preocupe. Responderemos al lobby como se merece, aunque EL PAÍS no lo publique. Pero a lo que usted llama "razón de Estado", llámele mejor "desesperadas intoxicaciones del lobby dominante", a impulso del Majzén y su Mohamed. Si a eso es a lo máximo que alcanza nuestro "cuerpo diplomático", voto a bríos que, por razones de Estado y de ajuste presupuestario, debería desaparecer todo el "cuerpo" del escalafón de burócratas acomodaticios, e irse a veranear, con beca permanente, a los palacios del sultán. Amén.

El pueblo saharaui seguro que tendrá mucho más que decirle. Y nosotros, el Movimiento Internacional de Solidaridad, también.

Personalmente, me cae mucho mejor Argelia y los argelinos que Felipe González y sus marroquinos.

Pero, de esto y mucho más, le hablaremos en EL PAÍS, que, sin la menor duda, nos abrirá sus páginas (a nosotros y a la opinión pública) exactamente igual que a los integrantes del lobby. ¿Cómo no?

Seguiremos. Un cordial saludo,

Luis Portillo

* Máximo Cajal y López ha sido director general de la Oficina de Información Diplomática (OID), Embajador en Guatemala, Suecia y Francia, Cónsul en Lisboa, Secretario General de Política Exterior y Subsecretario de Asuntos Exteriores. Es Asesor personal de José Luis Rodríguez Zapatero en la Alianza de Civilizaciones.


Carta abierta en torno a la cuestión de la antigua colonia española del Sáhara

En el movimiento de solidaridad con el Pueblo Saharaui del Estado Español no dejan de sorprendernos “doctos” elementos como Máximo Cajal López quien tiene un amplio rosario de cargos públicos, embajadas, secretariados e incluso es asesor personal de José Luís Rodríguez Zapatero en la autodenominada “Alianza de Civilizaciones”.

Quizás por todo ello no es de extrañar que con este tipo de asesores la posición del Gobierno español respecto al Sáhara se caracterice principalmente por sus ya famosas pleitesías al feudal rey de Marruecos a quien se le otorgan todo tipo de dispensas, regalan armas y silencian –cuando no amparan- sus tropelías en materia de derechos humanos y libertades fundamentales.

Dicho personaje, Máximo Cajal, se indigna por la torpeza de Marruecos (no así del vergonzoso papel del Gobierno español) en el caso Haidar por haber “reverdecido” el asunto del Sáhara que estaba bien oculto de la vista internacional tras el “Muro” de minas marroquí. Una vez más se ha puesto al descubierto la falsa democratización del régimen marroquí que con tanto esfuerzo e inusitada pleitesía han pretendido vendernos desde el Gobierno de España. Mal favor les ha hecho Mohamed VI a estos sus fieles escuderos que como Felipe González se empeñan en hacernos siervos y súbditos de un Monarca feudal que viola sistemáticamente los derechos humanos no solo del Pueblo Saharaui sino de sus propios nacionales.

El ilustre Máximo Cajal entre otras lindezas se apunta a la estrategia alauita de quitar toda razón al Pueblo Saharaui señalando que el conflicto saharaui es artificial y solo compete a Argelia y Marruecos, y lo más grave, dice que España no tiene nada que ver en ello ¿Pero de donde sale este cínico personaje?

Igualmente manifiesta sin ningún pudor que todos los países del “sahel”, “…son ya un semillero para el terrorismo” o “franquicias” de “Al Qaeda”, al igual que seria un Sáhara Occidental independiente. ¿No es éste el mismo argumento marroquí para impedir el ejercicio del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui tantas veces reconocido por la ONU y la UA y perpetuar así su ocupación militar del Sáhara?

¿Ha leído alguna resolución de la ONU o la UA?. Se atreve a señalar además, recordando viejos sueños coloniales patrios, que fue el cristiano colonialismo español quien dio la identidad y la lengua a esas gentes del desierto, “…que ni eran, ni son pueblo”. Es difícil imaginar más prepotencia e ignorancia de la historia y del Derecho Internacional. Con este tipo de asesores no sorprenden algunas decisiones en materia de política exterior tomadas por el Gobierno de España.

Las ideas que derrama este sujeto sobre la necesidad de potenciar al reino de Mohamed VI como garantía para España (ya se sabe como reivindica Marruecos cuando no se le da la razón en todo, a saber, amenazas veladas con el tema de las pateras, droga, exportación de terroristas, Ceuta, Melilla e incluso Las Canarias) las hace por “patriotismo”. Que casi nunca coincide con los interesas del país sino más bien con intereses corporativos de algunos empresarios y políticos que en nada se asemejan al interés general. ¿Se nos está diciendo acaso que el interés general está por encima de los derechos humanos y el Derecho Internacional? Si es así que se dejen de mentirnos y lo digan abiertamente, al menos así les quedará la dignidad de decir lo que en realidad piensan pero que disfrazan de falsos argumentos históricos.

Este ilustre diplomático nos lleva a la conclusión de que seria mejor que los países africanos de “…frágiles estructuras estatales” estuvieran bajo la tutela colonial para evitar conflictos con sus vecinos y guerras fraticidas. Se pretende así ocultar a la opinión pública no solo el origen del exilio de la población refugiada saharaui protegida por el ACNUR, sino que los países ricos del Norte, expolian las riquezas naturales de los del Sur y son responsables directos de la fragilidad de sus gobiernos a los que no dejan desarrollarse muchas veces instigando y amparando guerras para sus negocios de armas y sacar sus criminales provechos económicos de los recursos naturales de África.

Este grotesco personaje, insulta a la propia historia y la cultura de todo un pueblo “nómada” que estaba en el Sáhara antes que España lo colonizara y seguirá después de que Marruecos lo abandone. En lugar de incitar la ocupación marroquí del Sáhara, debería como “asesor y diplomático” exponer a Mohamed VI, que tiene la oportunidad de salir del Sahara, con dignidad, cumpliendo con las resoluciones de la ONU, o como un asesino con las manos llenas de sangre.

La sangre de los presos políticos saharauis, la indignidad, de estar violando los derechos humanos y cargando con el peso de los asesinados y desaparecidos suyos y los de su padre Hassan II, a quien seguro también rindió pleitesía nuestro ínclito Máximo, asesor y diplomático.

Quizás ya es demasiado tarde pero le pedimos, Señor Máximo Cajal, que se lea Usted la Declaración Universal de los Derechos Humanos que acaba de cumplir 61 años. Quizás así pueda entender por que miles y miles de personas en todo el mundo luchan, poniendo en peligro sus propias vidas, por un mundo donde todas las personas disfruten de todos los derechos. Ellos y no personajes como Usted hacen todavía posible que soñemos con que otro mundo es posible.

¿No son acaso posibles la decencia y el respeto a la legalidad en la política internacional? Confiamos en que sí. Se lo debemos a la justicia pero sobre todo se lo debemos al Pueblo Saharaui, hermano ya para siempre.

34 años después, con paciente rabia ¡HOY DECIMOS: SAHARA LIBRE!

El Sáhara no se vende. De rendirse, mejor ni hablamos.

Coordinadora Estatal de Asociaciones Solidarias con el Sáhara CEAS
Madrid, 14 de enero de 2010

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