Hablar de Suárez, en el Departamento del Cauca, al Sur Occidente de Colombia, es sinónimo de tragedia, genocidio, exterminio, pero ante todo de pueblo en resistencia.
Ubicado en una importante zona aurífera, atravesado por el Río Cauca, paso obligado del ferrocarril y corredor estratégico para los diferentes bandos protagonistas del conflicto armado colombiano, convierten a Suárez en un foco permanente de violación de derechos humanos.
En el año 1600, los españoles traen de África grandes cantidades de esclavos para la explotación minera. A finales del siglo XIX, los gringos invaden la zona, dejando al paso de sus dragas, un desierto lunar después e intentar arrancar hasta el último gramo de oro a las entrañas del suelo. La familia Garcés Giraldo, en 1932, “compra el permiso” de explotación de las tierras sureñas a los gringos, para luego, en 1950, vender las tierras al departamento del Cauca.
Finalizando los años 70, se inicia la construcción de La Salvajina, represando el Río Cauca, generando uno de los más grandes crímenes ecológicos, no sólo en la zona de Suárez, sino al sur y centro del Departamento del Valle del Cauca, pues la “regularización” del río, so pretexto de producir energía y prevenir inundaciones, está realmente encaminada a beneficiar la criminal agroindustria de la caña de azúcar, rompiendo el frágil ecosistema hidrográfico.
La historia de Suárez reúne elementos explosivos, mezclando intereses de grandes multinacionales como la Anglo Gold Ashanti, Kedhada y Unión FENOSA; el narcotráfico, terratenientes, agroindustria del azúcar y pequeños mineros; la lucha por el control militar del área gracias a su posición estratégica en el conflicto armado colombiano, sumado el reclamo de la tenencia de la tierra por comunidades ancestrales.
Hace unos días, el mundo volvió a escuchar el nombre de Suárez. Ahí moría el máximo comandante de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), Alfonso Cano. Años atrás, el Miércoles Santo, 7 de abril de 2001, también se perpetraba en su área de influencia una de las más dantescas masacres en la historia de Colombia: LA MASACRE DEL NAYA, que continuó su orgía sangrienta en el tiempo.
Hoy saludamos al compañero Rubén Devia, quien ha sido elegido alcalde de ese municipio el pasado 30 de octubre de 2011. Le acompañaremos en Europa, del 15 al 21 de diciembre, compartiendo con diversos auditorios, de viva voz, la realidad de Suárez, Cauca, Colombia.
Todo será retransmitido desde KRISALIDA.TV y desde CLANDESTINO.
Aquellas organizaciones y medios de comunicación que deseen “interactuar” con el compañero Rubén Devia, pueden solicitarlo a través de ASAMBLEA UNIVERSAL DE LAS MIGRACIONES y KRISALIDA.TV en las siguientes direcciones electrónicas:
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