LOS QUERÍAMOS VIVOS: LOS MATÓ UN GOBIERNO INDOLENTE QUE NO VALORA LA VIDA DE SUS SOLDADOS
A continuación reproducimos íntegramente el comunicado del Secretariado de las FARC sobre la muerte en cautiverio de los cuatro miembros de la fuerza pública en un intento de rescate por parte del ejército.
Montañas de Colombia, Diciembre 1 de 2011
Distinguidas ciudadanas
PIEDAD CÓRDOBA, LUCÍA TOPOLANSKI, JODY WILLIAMS, ELENA PONIATOWSKA AMOR, ALICE WILLIAMS, MIRTA BARAVALLE, ISABEL ALLENDE, RIGOBERTA MENCHÚ, SOCORRO GÓMEZ, HERMANA ELSIE MONGUE, ÁNGELA JEIRA
Cordial saludo.
Deploramos profundamente que cuatro de los seis prisioneros de guerra que íbamos a liberar unilateralmente en respuesta a su petición de agosto, hayan muerto en un irracional intento de rescate militar del ejército colombiano, cuando marchaban hacia el lugar donde proyectábamos entregarlos a ustedes. Sorprende la actitud del gobierno colombiano, que no dudamos, estaba enterado de nuestra determinación. Las FARC querían liberarlos vivos, pero el gobierno de Juan Manuel Santos prefirió devolverlos muertos a sus seres queridos.
Indigna la manipulación mediática del infausto suceso por parte del gobierno colombiano. La enrevesada explicación del ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, de que no se trató de un operativo de rescate, sino de búsqueda, no es más que un precario eufemismo que no alcanza a tapar la perfidia de un gobierno ni su desprecio a normas esenciales del Derecho Internacional Humanitario. Si universalmente es aceptado que el rescate militar entraña un riesgo, la responsabilidad del éxito o fracaso, siempre es imputable a quien lo asume.
Durante más de una década los prisioneros que perecieron en la fracasada operación militar en las selvas del Caquetá, fueron mantenidos con vida por los guerrilleros de las FARC. Los queríamos vivos, porque buscamos el canje de prisioneros de guerra que desbroce el camino hacia la paz. Nunca los quisimos muertos. Los mató un gobierno indolente que no entiende de humanidad y no valora la vida de sus soldados. El canje reciente de más de 1.000 prisioneros palestinos por un soldado israelí, laceraba la mezquina conciencia de Juan Manuel Santos. No quería mirarse en ese espejo.
Acostumbrados a imponer una guerra sin reglas, a la degradación que encarnan los “falsos positivos”, a la eliminación física del pensamiento revolucionario, a la criminalización de la opinión y la protesta, a las masacres, a las fosas comunes y al desplazamiento forzoso de la población, pretenden ahora que se los consagre el derecho perpetuo a la impunidad. Quien debe ser conducido a los tribunales, es el otrora ministro de los “falsos positivos” que hoy ostenta la banda presidencial.
Colombia entera anhela salir de la larga noche de la violación de los derechos humanos desde el poder. Las denominadas “locomotoras del desarrollo” de Santos recorren el país enloquecidas generando muerte, pobreza y destrucción del medio ambiente. El 70% de la población colombiana vive en la pobreza, miles mueren en las puertas de los hospitales porque no hay derecho a la salud pública, no hay gobierno que atienda a los millones de damnificados por el invierno, la privatización avanza implacable en todos los sectores, la actividad secular de los mineros artesanales es criminalizada para dejar en manos del capital internacional la extracción de recursos. Blindadas por la política de la seguridad inversionista, alentadas por una legislación laboral que lesiona los intereses de los trabajadores, las locomotoras de las transnacionales, siguen su avance destrozando la soberanía y el derecho a la vida digna.
En el trasfondo de la campaña mediática manipuladora en torno a la muerte lamentable de unos prisioneros de guerra, distinguidas señoras, está el afán del gobierno de distraer la atención de un país que ha empezado a protestar contra los desafueros del poder y a movilizarse por sus derechos. Con su doble moral el presidente Santos alienta marchas para azuzar la guerra, cuando Colombia lo que necesita es la gran marcha del pueblo por la paz y la soberanía.
A pesar de los hechos, la lucha por el canje de prisioneros y por la paz de Colombia, no se detiene. Redoblaremos esfuerzos en ese sentido porque es el anhelo de las inmensas mayorías y porque queremos rendir tributo a un hombre alzado en armas, llamado Alfonso Cano, que siempre se jugó la vida, consecuentemente, por la solución política del conflicto, el canje de prisioneros, la paz con justicia social, la soberanía y la dignidad de los colombianos.
Seguiremos explorando con ustedes todas las vías que nos puedan conducir a este noble propósito y a concretar, en el marco de la nueva situación generada, y en cumplimiento de la voluntad del inmolado comandante Alfonso Cano, la liberación unilateral de los prisioneros de guerra que en misiva anterior les anunciamos, a pesar de que algunos de ellos cayeron en el insensato intento de rescate militar.
Finalmente, permítannos transmitirles nuestro pesar por la desaparición física de Danielle Miterrand, destacada líder mundial de causas humanitarias y vocera de las mujeres del mundo, que al lado de ustedes, luchaba denodadamente por la solución política del conflicto social y armado que desangra a Colombia.
Compatriotas,
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
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