El
anonimato y la impunidad en las plataformas digitales son utilizadas por una
minoría para proliferar odio sin miedo a repercusiones. De sobra es sabido que
las mal llamadas “redes sociales” son un arma de doble filo para la sociedad.
Ahí tenemos, por ejemplo, a las y los “haters”, personas que dedican tiempo,
mucho tiempo y energía a comentar en otras cuentas y perfiles, normalmente de
forma ofensiva y destructiva amparándose en ocasiones en el anonimato de
cuentas falsas para poder criticar sin filtros y de manera soez y procaz.
Suelen sacar toda su rabia existencial no expresada que, además, jamás se
atreverían a verbalizar en persona.
La cuestión es por qué lo hacen. Yo lo tengo claro. Sencillamente buscan llamar la atención. También la validación del grupo, como los adolescentes inmaduros o, simplemente por emociones como la envidia o un sentimiento muy profundo de inferioridad y complejos o conflictos internos no resueltos.
¿Qué
es lo que yo suelo hacer cuando recibo los mensajes provocadores directos de
“haters” con menos personalidad que una rata aplastada en una carretera? Pues
es bien sencillo:
- · Bloquear
o restringir (algo que les “molesta” infinitamente)
- · No
buscar justificación: son comentarios hechos con odio y desde el dolor o un
nivel intelectual plano tirando a “borderline personality”.
- · No
caer en la provocación: debemos apostar por la amabilidad, mostrar empatía y no
contestar de la misma forma agresiva.
- · Mantenerse
al margen, porque la verdad es que son tan predecibles las “Amandas” varias con
las que me he topado, que me aburren soberanamente.
Así
que, dicho esto, señoras y señores “haters” fascistas, machistas y esos
"istas" tan primitivos pero altamente peligrosos para la sociedad y el bien común… en caso de que aún sigan pudiendo acceder a
mis espacios en las redes digitales, si me encuentro con algo similar, dense
inmediatamente por “ELIMINADOS”…
¡Total,
ni siquiera iré a la cárcel por ello! 😎
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