Me contaron una vez una anécdota que no sé si sucedió realmente o tan sólo forma parte de la rumorología popular, no obstante yo os la narro a vosotros y vosotras, pues pedagógicamente hablando es bastante didáctica y elocuente en los tiempos que corren, sobre todo en estos últimos días.
Cuentan que en cierta ocasión, Winston Churchill recibió de visita en el Parlamento Británico a Dwight Eisenhower, para quien no lo sepa a ciencia cierta, a la sazón eran Primer Ministro de Inglaterra y Presidente de los Estados Unidos. Desde la parte del Parlamento donde estaban sentados los parlamentarios del grupo de Churchill, Eisenhower señaló al frente y le dijo
-Mira ahí están sentados tus enemigos
Churchill se giró hacia Eisenhower y le respondió
-No, no te equivoques, ahí enfrente están sentados mis contrincantes. A mis enemigos los tengo cerquita y en casa.
Cuando cuento este relato hay quien me pregunta -¿ya está, Isabel?- y entonces agrego una coletilla de mi propia cosecha
-No, veréis, los enemigos están realmente cerca, más cerca de lo que pensamos en ocasiones, porque hay que tener en cuenta que para dar puñaladas traperas y por la espalda, se suelen utilizar armas cortas, armas pequeñas y para eso es necesario estar muy muy cerca de la persona a la que vamos a traicionar…..o incluso matar.
Isabel Galeote Marhuenda
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