Jon Juanma
7 de mayo de 2011
Rebelión.org
Suele ocurrir en muchas ocasiones que los partidos de izquierda cuando tienen un dirigente o “líder” con importante apoyo popular son muy dados a caer en el culto a la personalidad y repetir patrones propios de la derecha. El culto a la personalidad es una forma de alienación de responsabilidades, de inmadurez ética y política. Intentaremos explicar el porqué y la forma de evitarlo.
En las sociedades primitivas junto a la democracia directa surgieron poco a poco los jefes tribales que fueron acumulando derechos hasta pasar a hacerlos hereditarios mediante su alianza con la jerarquía religiosa. De este modo, a los años, llegaron los faraones, emperadores, reyes, etc. Con el auge de la sociedad industrial, el capitalismo, la burguesía y el movimiento obrero arribaron primero las democracias censitarias y más tarde las representativas burguesas con sufragio universal y leyes distorsionadoras del sufragio popular como la Ley de Hont, el cociente de Droop o el sistema de Hare entre otros. Éste es el momento en el que estamos en la mayoría del mundo actual, en puridad: rodeados de democracias censitarias más populares que las primeras del siglo XIX donde sólo votaban los hombres ricos, pero censitarias al fin y a la cabo. Ahora votamos hombres y mujeres, ricos y pobres, pero las opciones mayoritarias, normalmente apoyadas por el poder de los dólares o los euros, obtienen más porcentaje de representación que las minoritarias debido a los sistemas electorales anteriormente citados. Una forma de distorsionar la voluntad popular a favor del control de unos pocos partidos por parte de la élite dirigente.
El poder de unos pocos siempre beneficia a unos pocos y la lucha por el progreso de la humanidad es la lucha por el poder de unos muchos para que esos muchos vivan libres. Lo que trato de explicar es cómo el culto a la personalidad es una rémora del pasado que está costando mucho ser superada y que nos trae numerosos disgustos a las filas de la Izquierda.
El culto a la personalidad se da incluso entre aquellos que se creen “la vanguardia” del proletariado o de las luchas populares. Baste recordar los casos de Stalin, Mao Zedong ( 毛泽东 ), Kim il Sung o Kim Jong-il . Pero es que también podríamos fijarnos en el caso paradigmático de Hugo Chávez en Venezuela. Con esto no quiero decir que sean comparables, ni que todos los citados sean dictadores, me estoy centrando simplemente en el tema del culto a la personalidad. Pero es que no hace falta llegar tan alto, podemos irnos a un terreno mucho más cercano como la política local y encontraremos el germen de lo mismo.
Ahora en España, por ejemplo, estamos a punto de celebrar las elecciones municipales y es curioso cómo muchos políticos de la Izquierda (por si lo dudaban no estoy incluyendo al PSOE), incluso extraparlamentaria, copian los modelos comunicativos de los partidos de derecha, de los partidos que los escandinavos llamarían “burgueses”.
Por ejemplo, es común que en no pocos carteles electorales salga la típica figura solitaria del candidato a la alcaldía, del nº 1 de esa formación política. Y se podría pensar: “Bueno, es normal, al fin y al cabo la ciudadanía tiene derecho a saber quién podrá ser su alcalde, ¿qué hay de malo en ello?”. Pero estamos hablando de partidos que tienen muy pocas posibilidades de llevar a sus candidatos a la alcaldía, ¿por qué se repiten estos esquemas? E incluso si tienen posibilidades de ganar las elecciones al consistorio, ¿es bueno esa personificación de la política en unos pocos políticos profesionales? ¿Dónde queda el resto de militantes y ciudadanos?
El problema es que los partidos de izquierda y sus militantes muchas veces se pliegan a la lógica sistémica sin saberlo, de manera sinérgica debido a su debilidad formativa. ¿No es la izquierda horizontalidad, democracia de base, redistribución del poder, etc.? ¿Por qué esta vuelta a los sistemas piramidales?¿Por qué esta vuelta a las monarquías absolutas y los vasallajes medievales bajo siglas “revolucionarias”?
Una respuesta posible es la falta de estudio y concienciación de muchos militantes de la Izquierda junto al desprestigio/descuido social tradicional por las cuestiones formales heredado por parte de una sociedad que otorga mayor pedigrí a las ciencias naturales, a todo el sector científico-técnico, en contraposición a las llamadas “ciencias humanas”. Esta incultura humanista, permite una escisión entre “ejecutar” acciones y “analizarlas” que desde luego favorece a los poderes establecidos en tanto se aseguran un no cuestionamiento de los procesos socioproductivos y una repetición alienante de los mismos, de cara a garantizar los privilegios y la acumulación de capital de la élite dirigente.
Los partidos y organizaciones de izquierda, debido al bajo nivel de estudio que tienen en general sus militantes, de análisis de sus propios autores más importantes, de su tradición democrático-plebeya, se sienten acomplejados de no parecer “serios” de cara a los medios de comunicación masivos controlados por las élites capitalistas. Por eso, a regañadientes, comienzan por ponerse una chaqueta, para parecer más “respetables” y acaban pensando como los que llevaron chaqueta y corbata toda la vida. Pero realmente es mucho más que esto: empiezan a modelar su vocabulario, cambian “trabajo” por “empleo”, capitalistas por “empresarios”, “explotación” por “abuso” y ceden de esta manera a la hegemonía liberal. Dicen que no quieren asustar a la gente y que todavía les voten menos, pero no hacen nada por explicar a esa misma gente, ni siquiera a sus activistas, por qué hay que llamar trabajo al trabajo, y capitalistas financieros a los “mercados”.
Necesitamos una ofensiva cultural, una reconquista socialista de las mentes de las clases populares y para ello requerimos tres pasos: darnos cuenta de su necesidad, organizarnos y estudiar. Los militantes deben perderle el miedo al estudio y aprender a pensar por sí mismos. No es cierto que esa sea tarea exclusiva para los intelectuales y los profesores de universidad. Como decía Gramsci todos podemos ser intelectuales, todos debemos serlo. Y si no le hacemos caso y aceptamos la separación entre trabajo manual e intelectual, estaremos aceptando el status quo capitalista, con todo lo que ello conlleva.
Si alguna vez la humanidad llega al socialismo mundial, éste sólo se podrá asentar en la corresponsabilidad crítica de toda la ciudadanía respecto a sus representantes, sobre la exigencia de revocabilidad de todos los cargos en cualquier momento, por importantes que sean. Nadie puede permanecer inmune ni vedado a la crítica. Por eso los personalismos son tan peligrosos y tanto interesan al bloque social dominante. Si un proceso revolucionario o un gobierno municipal dependen cada vez más de una persona, proporcionalmente se irá haciendo más débil, más derribable, porque será tan fácil acabar con él como acabar físicamene con esa persona concreta, comprarla o volverla loca. La concentración de voluntades en un individuo es “monarquía pura” la mayor parte del tiempo excepto cada 3, 4, 5 o 6 años que lleguen las votaciones, donde tendremos un día de democracia y miles de monarquía ¿y a esa mentira nos atreveremos a llamarla “democracia”?
Comprar un líder o forzarlo a hacer lo que las élites capitalistas mundiales quieran es tan relativamente sencillo como amenazarlo de muerte, a él o a los suyos. Decirle que cuando baje del cargo acabarán con él sin la protección de los cuerpos de seguridad del Estado, agasajarlo con los vicios que tenga o incluso chantajearlo con materiales “complicados” que se consigan de ellos por los servicios secretos de países o de importantes corporaciones. ¿Arriesgaremos tanto esfuerzo desde el campo popular de este modo? Necesitamos evolucionar o seguiremos anclados en la miseria que se extiende sobre la diferencia entre nuestros grandes objetivos y nuestras raquíticas acciones.
La Izquierda necesita que no haya nadie imprescindible y que los revolucionarios no se asienten en el poder porque confunden su vida, su persona, con los procesos. No es sano para la persona en cuestión y mucho menos para los militantes: a la primera la aleja paulatinamente de la realidad haciéndole creerse con “poderes especiales” de por vida, como una especie de ser mitológico o semi-Dios; mientras que a los segundos los deja vendidos a la voluntad de la primera. Se llega a una personificación de los procesos de cambio que pone en juego el sacrificio y el esfuerzo de muchos militantes anónimos. Esto debería ser considerado inadmisible por cualquier partido u organización que quiera remar hacia la superación de este sistema depredador en el que vivimos. Si la Izquierda “endiosa” a un determinado líder le está dando un cheque en blanco para que haga con sus sueños y esfuerzos lo que decida.
El culto a la personalidad también funciona psíquicamente como un modo de enajenación de responsabilidades por parte de los activistas, en primer lugar la de pensar por uno mismo. Siempre es más sencillo que nos den hechas las opiniones, que nos las sirvan como puré y así nos ahorremos el esfuerzo de masticar. Pero en esta vida, la energía no desaparece, sino que se transforma. Y si no queremos hacer esfuerzos pagaremos las consecuencias. Vivir en sí mismo es un esfuerzo energético y un triunfo de la vida sobre la muerte siempre latente. No esforzarnos es sinónimo de morir en vida.
Un activista que quiere caminar hacia el Socialismo pero no quiere pensar es un zoombie, un muerto viviente. Y los zoombies “de izquierda” son una especie muy peligrosa. Porque como perros enloquecidos harán lo que les digan los líderes iluminados de turno, dirán amén al Papa-Rey-Comandante-Líder Supremo y cualquier opinión contraria desde los militantes de izquierda que piensen por sí mismos será atacada como si viniese de mortales enemigos. La discrepancia y el cuestionamiento serán catalogados de alta traición al “Líder”. Y la cadena que se puede desarrollar a partir de aquí es muy peligrosa: se comienza por censurar y se puede acabar por el exterminio físico. No es una exageración, lo hemos visto muchas veces en el siglo XX, depende de coyunturas, del fanatismo alcanzado y de disponer del suficiente poder para hacerlo. Son dos formas de violencia de distinta intensidad, pero violencia al fin y al cabo.
Por eso la Izquierda debe luchar contra las estructuras de la derecha, no dejarse moldear para caber en ellas. Debe vivir en tensión permanente y no olvidar que nosotros somos caballos de Troya. Pero si el caballo se despedaza antes de pasar por la puerta de las instituciones nucleares del Estado, luego no podrá cabalgar ni pegar coces. Ya no tendremos un caballo de izquierda, sino un caballo muerto, o zoombie.
La Izquierda debe amar la crítica, dejar un espacio blindado para ella, protegerlo como su más preciado tesoro y aprender a cuestionar a sus propios “líderes” desde el cariño. Pero también a saber hacerlo desde la intransigencia fruto de la fortaleza de la convicción, cuando se vea claramente que éstos reman en dirección contraria a los que los sustentan. No se debe sembrar el seguimiento acrítico ni el fanatismo religioso que encumbre tanto al “líder” como para presentarlo como infalible. Esto es (des)educación revolucionaria en estado puro.
Para superar estas carencias la Izquierda debe institucionalizar espacios en sus propias organizaciones donde se garantice y promueva la crítica a cualquier miembro o política concreta de la organización, por muy importante que éste o ésta sean. La crítica y el estudio. Para garantizar de este modo que efectivamente, en los puestos claves, estarán siempre los mejores en cada momento. Seguro que así no habrá líder que veinte años dure y sí revolución o movimiento revolucionario que en veinte años crezca.
5 comentarios:
Chavela, una Entrada Genial, Excepcional...la mayoría lo son , pero esta me ha gustado especialmente porque muchas cosas las he reconocido como ciertas al instante, según lo experimentado en una Organización de Izquierdas a la que pertenecí recientemente y de la que me dí de baja precisamente por los mismos motivos que se hablan aquí, porque el lider estaba tan encumbrado que no había forma de disentir de las opiniones suyas sin quedar malparada no tanto físicamente sino a nivel de credibilidad, por decirlo de alguna forma, si no compartias la misma opinión pasabas de ser una buena Militante a ser una Militante pesima...y vamos que en una Organización de Izquierdas (y no me refiero ni al PSOE ni a IU) que no se pueda disentir ni opinar distinto es el colmo...; también me parecía ver lo mismo que se dice aquí, en eso de que algunas Organizaciones de Izquierdas ó sus lideres tienen tanto miedo a diferenciarse y pensar por sí mismos que acaban adoptando los mismos clichés de los Partidos Mayoritarios a los cuales incluso han criticado por su tibieza y por ser laigts. Es decepcionante descubrir todas estas cosas en persona, desde los primeros días de pertenecer a dicha Organización, pero lo que tengo claro es que si no puedo pensar por mi misma y disentir...no trae cuenta pertenecer a esa Organización y que conste que reconozco que todos los integrantes ó miembros de esa Organización tampoco son iguales, hay gente maja y abierta de mentalidad que lo haría mucho mejor si pudiera ejercer de lider ó dirigente, y sería mejor si varíara de cuando en cuando la gente que dirige las Organizaciones. En fin, disculpa Chavela, no quería enrollarme tanto...
Un Abrazo
Chavela, gracias por difundir tan interesante e incisivo artículo. Lo suscribo totalmente. Vale la pena leerlo con detenimiento y reflexionar sobre el rumbo que estan tomando algunos "procesos", como el venezolano, por ejemplo.
Chavela, ayer me asuste porque no podia entrar en el blog y pense que te le habian vuelto a cerrar los impresentables de antaño; por otra parte te habia dejado un comentario largo en esta entrada y no aparece...¿censura de blogger...?, ¿no te parecía buen comentario por algun motivo....?.
Saludos
No compañera, no han secuestrado el blog de nuevo......todavía, jajajaja. Me alegra que te guste esta entrada también, es que viene ni que pintada para la ocasión. Y no te preocupes que no te has enrrollado absolutamente nada. Te decía que puse el post con toda la intención del mundo, pero creo que nadie de la izquierda institucional e institucionalizada de este estado se da por aludido/a, más bien al contrario, hasta se enojan. ¿Por qué será que la gente se enoja cuando se les evidencia sus carencias, sus actitudes a través de un espejo en el que ven reflejada la parte de la ventana de Johari que dice cómo son y no cómo quieren ser o cómo quieren que pensemos que son?. Creo que consultaré a Freud.....
Me Alegro Chavela que no te lo hayan cerrado, porque es uno de los mejores Blogs que hay sin duda, no puedo seguir todas las entradas por falta de tiempo pero de veras es uno de los que más me gustan. Y tienes razón en lo que dices respecto a la Izquierda de no darse por aludidos e incluso enojarse...porque a veces caen en los mismos errores que los que no son de Izquierdas y les molesta por igual la disidencia y la crítica. En fin, como dice una Amiga mia mexicana, tú no saques nunca el dedo del renglón.
Yo llevo dias con problemas con Blogger, ayer directamente no se abría y hoy me ha costado mucho poder entrar en blogger...he tenido que desconectar internet y volver a conectarlo para poder entrar...no sé a que se debe, pero temo que el dia menos pensado me cierren de verdad el blog.
Abrazos Chavela y Adelante, siempre adelante...
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