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domingo, 2 de octubre de 2011

CUENTO SOBRE LA LEALTAD Y EL COMPROMISO: EL HADA Y LA SOMBRA


Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la tierra, antes incluso de que muchas cosas tuvieran un nombre, existía un lugar misterioso custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres amenazaron el lago y sus bosques, muchos se unieron al hada cuando les pidió que la acompañaran en un peligroso viaje a través de ríos, pantanos y desiertos en busca de la Piedra de Cristal, la única salvación posible para todos.

El hada advirtió de los peligros y dificultades, de lo difícil que sería aguantar todo el viaje, pero ninguno se asustó. Todos prometieron acompañarla hasta donde hiciera falta, y aquel mismo día, el hada y sus 50 más leales vasallos comenzaron el viaje. El camino fue aún más terrible y duro que lo había anunciado el hada. Se enfrentaron a bestias terribles, caminaron día y noche y vagaron perdidos por el desierto sufriendo el hambre y la sed. Ante tantas adversidades muchos se desanimaron y terminaron por abandonar el viaje a medio camino, hasta que sólo quedó uno, llamado Sombra. No era el más valiente, ni el mejor luchador, ni siquiera el más listo o divertido, pero continuó junto al hada hasta el final. Cuando ésta le preguntaba que por qué no abandonaba como los demás, Sombra respondía siempre lo mismo "Os dije que os acompañaría a pesar de las dificultades, y éso es lo que hago. No voy a dar media vuelta sólo porque haya sido verdad que iba a ser duro".

Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de Cristal, pero el monstruoso Guardián de la piedra no estaba dispuesto a entregársela. Entonces Sombra, en un último gesto de lealtad, se ofreció a cambio de la piedra quedándose al servicio del Guardián por el resto de sus días...
La poderosa magia de la Piedra de Cristal permitió al hada regresar al lago y expulsar a los seres malvados, pero cada noche lloraba la ausencia de su fiel Sombra, pues de aquel firme y generoso compromiso surgió un amor más fuerte que ningún otro. Y en su recuerdo, queriendo mostrar a todos el valor de la lealtad y el compromiso, regaló a cada ser de la tierra su propia sombra durante el día; pero al llegar la noche, todas las sombras acuden el lago, donde consuelan y acompañan a su triste hada.

Nota:



Cuando se dice estar al lado de unos compañeros o unas compañeras, cuando se les dice permanentemente que cuentan contigo, que son lo más de lo más, que se les respeta y admira ¡¡por Dios, hay que hablar bien de ellos y ser fieles a lo que representan!!. Si se desea murmurar, condenar o encontrar faltas constantemente, mejor es renunciar al puesto de amigo, de compañero, de camarada….. No debemos olvidar que una onza de lealtad vale más que una libra de talento y hay quien sólo tiene talento para difamar, para inventarse pecados inexistentes e inconfesables, para generar dudas sobre personas honestas y honradas con el intento de aislarlas socialmente, sólo porque quizás fueron capaces de hacer lo que ellos no tuvieron la valentía de acometer. Si en un mínimo ejercicio de honestidad, aunque sea último, se decide ubicarse fuera de la órbita, del entorno, incluso de la misma casa del amigo al que se traiciona vilmente, una vez se esté fuera y lejos, quien quiera que se comporte así, ya podrá dar rienda suelta a la maldad que alberga en su corazón, pero mientras siga estando al lado de la o las personas que dicen admirar, han de procurar que sus palabras sean más bonitas que el silencio, de lo contrario, mejor quedarse callados, si es que saben y/o pueden. Ojalá la primera ráfaga de viento se lleve lejos a estos desleales, a estos traidores, a estos judas, a estos intrigantes, a estos ingratos, a estos delatores, a estos chaqueteros y falsos, que son capaces de vender a su propia madre a cambio de una moneda de hojalata. Si el viento nos hiciera el favor de llevárselos lejos, seguro que ellos mismos nunca sabrán por qué… ¿o sí?.
ISABEL GALEOTE MARHUENDA.

1 comentario:

Unknown dijo...

Excelente cuento para enseñar valores, gracias Isabel