EL PAIS
TOMÁS BÁRBULO
Lanzarote - 28/11/2009
Desde que el día 14 comenzó su huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, el cuerpo de Aminetu Haidar se ha ido doblando como una alcayata. Sin embargo, la debilidad física no ha mermado la determinación de esta activista de los derechos humanos para denunciar su expulsión por Marruecos del Sáhara Occidental y su traslado a España en contra de su voluntad. Haidar ha puesto contra las cuerdas al Gobierno español: contempla la muerte como una alternativa plausible a su vuelta a El Aaiún. Ayer, la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega le pidió "desde el afecto y la comprensión" que "reconsidere su posición".
Pregunta. ¿Cómo decidió iniciar esta huelga de hambre?
Respuesta. Desde el primer momento observé que había una complicidad de los Gobiernos español y marroquí, y que mi traslado a España era un tema político. El Gobierno español tiene que rectificar esta violación flagrante de los derechos humanos, de la ley española y de los convenios internacionales. Soy una militante de los derechos humanos pacífica y sólo puedo protestar por métodos pacíficos y el más fuerte que tengo es la huelga de hambre.
P. Usted padece graves secuelas físicas de los años que pasó en las cárceles marroquíes y de otras huelgas de hambre. ¿No tiene miedo de que esta protesta la lleve a una situación irreversible?
R. Sí, tengo muchos problemas de salud, pero debo sacrificarme por un derecho individual: el regreso al Sáhara Occidental.
P. Al iniciar la huelga de hambre, ¿esperaba que España la devolviera al Sáhara rápidamente?
R. Para mí, hoy el Gobierno español y el Gobierno marroquí son iguales. Nunca pensé que el Gobierno español podría jugar este papel tan sucio, hacerle un favor como éste a Marruecos. No me extraña que Marruecos viole los derechos humanos, pero que el Gobierno español, un país democrático, viole de forma tan clara y con complicidad el derecho internacional, los pactos y los convenios internacionales, nunca lo había pensado. No tengo confianza en el Gobierno español.
P. ¿Por qué está tan segura de que Marruecos y España acordaron su traslado a Canarias?
R. El piloto del avión español que me trajo desde El Aaiún a Lanzarote recibió una orden por teléfono para embarcarme sin pasaporte y en contra de mi voluntad. Ya aquí, varios policías subieron al aparato para convencerme de que desembarcara, diciendo que podía entrar en España sin pasaporte. Ni me pidieron el documento de residencia. Pero, una vez en tierra, cuando intenté viajar a El Aaiún esa misma tarde, me dijeron que no podía hacerlo, porque no tenía pasaporte. Respondí que entonces no saldría de la zona internacional de tránsito. Vino otro policía y me prometió que esa tarde podría regresar en el vuelo que salía para El Aaiún. En cuanto logró que abandonara la zona internacional, me dijo que había recibido órdenes de no dejarme salir de España. Por todo esto yo tengo la convicción de que ha habido una complicidad entre España y Marruecos.
P. ¿Qué pide a España?
R. Es posible que el Gobierno español no me conociera y no esperara mi respuesta ni su repercusión. Se ha equivocado. Ahora está en una situación delicada y debe buscar una salida que no sea el asilo político, sino devolverme al Sáhara Occidental. Tiene que buscar una solución con Marruecos.
P. Miguel Ángel Moratinos dice que debe usted elegir entre pedir un nuevo pasaporte marroquí o aceptar el estatuto de refugiado.
R. Doy las gracias al ministro de Asuntos Exteriores por esta oferta, pero nunca la aceptaré. Yo tengo mi patria, que es el Sáhara Occidental, a pesar de que está ocupada ilegalmente por Marruecos. Allí está mi lucha. Además, esa propuesta del Gobierno español me produce indignación, porque después de 34 años niega la existencia del pueblo saharaui, niega la patria que es el Sáhara Occidental. España, más que ningún otro país, conoce la situación jurídica del Sáhara Occidental.
P. ¿Y en cuanto a solicitar un nuevo pasaporte marroquí?
R. Esa oferta tiene que hacerla Marruecos. Yo no voy a solicitar un pasaporte nuevo, porque tengo el mío en vigor. Pedir otro iría contra la ley marroquí. Ninguna persona puede tener dos pasaportes. Mi pasaporte está confiscado por Marruecos de forma ilegal, su número es R559514 y caduca el 2 de mayo de 2010, y tengo derecho a prorrogarlo otros cinco años y después a renovarlo. La propuesta de solicitar otro es una trampa.
P. El embajador de Marruecos en España, Omar Azziman, ha declarado que usted es miembro del Frente Polisario. ¿Es cierto?
R. No, soy una militante de los derechos humanos que vive en la zona ocupada [del Sáhara Occidental por Marruecos], pero el Polisario es el único representante del pueblo saharaui.
P. Moratinos dijo en el Congreso que ha defendido los derechos de los saharauis "como nadie".
R. Nunca he visto un hecho concreto de Moratinos a favor de la causa saharaui. Siempre he reprochado al Gobierno español su silencio con el tema de las violaciones de los derechos humanos en el Sáhara Occidental cometidas por Marruecos contra una población civil que, además, está compuesta por españoles o por hijos de españoles.
P. ¿Cree que el trato del Gobierno de Zapatero hacia los saharauis es mejor o peor que el de los Gobiernos españoles anteriores?
R. Sé que el Gobierno español actual ayuda a los refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), pero a nivel humanitario. Lo que necesitamos como pueblo es un apoyo político claro. No pedimos que reconozca la independencia del Sáhara, pero sí que respete el derecho fundamental del pueblo saharaui a la autodeterminación y que asuma sus responsabilidades jurídicas e históricas. Este Gobierno es peor que el Gobierno de Aznar.
P. ¿Hasta dónde piensa llegar con esta huelga?
R. Tengo una determinación firme, que el Gobierno marroquí conoce más que el español. O el Gobierno español busca una solución para devolverme a mi país, el Sáhara Occidental, o seguiré hasta la muerte.
P. Usted tiene dos hijos pequeños. ¿Ha pensado en qué sería de ellos si usted muriese?
R. Tengo dos hijos, pero también tengo mi dignidad, que está por encima de mis hijos. Lo que ha sucedido es un ataque a mi dignidad que no puedo aceptar. Entre mis hijos y mi dignidad, prefiero mi dignidad. Ellos vivirán sin madre, pero con dignidad.
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