La activista saharaui pidió ayuda médica al sufrir fuertes dolores abdominales provocados por náuseas y vómitos.- Mantiene la huelga de hambre y está siendo sólo tratada por deshidratación
Aminetu Haidar fue trasladada esta madrugada, poco antes de la una y media (hora peninsular), al hospital general de Lanzarote con un fuerte dolor abdominal causado por los constantes vómitos y náuseas que sufría. Según su portavoz, Edi Escobar, fue la propia activista saharaui quien decidió solicitar su ingreso, pero no tiene previsto abandonar su ayuno, que mantiene en protesta por ser expulsada de El Aaiún por Marruecos el pasado 14 de noviembre.
Una ambulancia llegó sobre la una y cuarto al recinto del aeropuerto de Lanzarote, donde permanece en huelga de hambre desde hace 32 días, y unos diez minutos después partió con ella hacia el centro hospitalario. Según uno de los facultativos que la atienden, Haidar está consciente, se la está tratando por deshidratación sólo con agua, no con suero, y no se le suministrará alimento si no lo pide. Su abogada, Inés Miranda, ha explicado que los médicos le han suministrado también calmantes y un medicamento para cortar las náuseas, y que permanecerá ingresada en la Unidad de Vigilancia Intensiva hasta que ella lo decida.
La salud de Haidar se debilita a ojos vista con cada día que pasa. Durante las escasas ocasiones en las que ayer salió del cuarto donde duerme en el aeropuerto de Lanzarote para ir al baño, se pudo observar que está muy pálida y que su expresión es de cansancio. Ella misma describió su estado de ánimo y el deterioro de su salud en un SMS escrito en francés que envió ayer por la tarde a un amigo: "Me encuentro bien, pero empiezo a tener problemas de estómago, de riñones y náuseas".
La plataforma de apoyo a esta defensora de los derechos humanos ya había explicado ayer que a los dolores de estómago y musculares que venía sufriendo se habían sumado náuseas cada vez más frecuentes y problemas para tragar el agua con azúcar que la mantiene con vida desde el pasado 16 de noviembre. De hecho, tras una de sus salidas de ayer, la activista se encontraba mareada y le costó más de lo normal incorporarse y levantarse de la silla.
Hoy Aminetu Haidar cumple 32 días en huelga de hambre, el mismo tiempo que duró su ayuno voluntario en una cárcel marroquí en 2005, un límite que, según aseguraba Fernando Peraita, portavoz del grupo de apoyo, "es muy peligroso". "Ya está en la quinta semana, que nosotros consideramos decisiva para su salud, y tiene dificultades para tragar y náuseas continuadas", señalaba.
Visita de su hermana
Pocas horas antes de ser trasladada al hospital, Aminetu Haidar recibió la visita de su hermana pequeña, Leila, que llegó sobre las 23.00 horas de ayer al aeropuerto de Lanzarote en un vuelo procedente de Gran Canaria desde El Aaiún, desde donde llevaba varias días reclamando un visado. La hermana de la activista pudo ver a Aminatu en el cuarto donde duerme, en el que permaneció apenas un minuto y que abandonó con lágrimas en los ojos. Leila se quedará en casa de unos familiares que viven en Lanzarote durante su estancia en la isla y, al igual que los sobrinos que la visitaron el pasado fin de semana, tiene intención de permanecer allí hasta que la situación se solucione.
Pese al evidente deterioro del estado de salud de la activista, el ambiente que se respiró ayer en el aeropuerto era de moderado optimismo tras la proposición no de ley aprobada el martes en el Congreso -que censura la actitud de Marruecos- y las declaraciones del presidente José Luis Rodríguez Zapatero mostrando su convencimiento de que la solución está cada vez más cerca. La Plataforma de Apoyo a Haidar calificó de "éxito" la resolución del Congreso. "Se pide que Marruecos acepte a Aminetu y le devuelva el pasaporte. Es una novedad", subrayó Fernando Peraita. "También valoramos que se haya hablado del derecho a la autodeterminación tras 34 años y que se pida que la Minurso [la misión de la ONU en el Sáhara] acepte entre sus funciones el control y vigilancia de los derechos humanos en el Sáhara Occidental, haciéndolo extensivo a los campamentos de refugiados".
Sin embargo, la espera para una solución satisfactoria continúa, así como la campaña desplegada por Haidar y su entorno para recabar apoyos y divulgar su posición. En una entrevista con el diario argelino El Watan, Haidar afirma que la "intransigencia" marroquí y su rechazo a permitirle regresar a su ciudad de El Aaiún representan una prueba de que el Gobierno de Rabat desea verla muerta. "Ninguna duda sobre eso. Marruecos quiere mi muerte, es eso lo que quiere, ésa es su gloria. Su testarudez, su huida hacia adelante no pueden ser interpretadas de otra forma", recalcaba.
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