La activista saharaui Aminatou Haidar lleva ya 19 días en huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote, y su situación parece estar absolutamente bloqueada, incluso después de que ayer el presidente del Senado marroquí, Mohamed Cheikh Biadillah se reuniese con la responsable de Relaciones Internacionales del PSOE, Elena Valenciano. La dirigente socialista reconoció que no ve “ni una rendija abierta” para llegar a un acuerdo con Rabat, y las relaciones con Madrid penden de un hilo. Para Biadillah, España debe llevar a cabo una negociación con Argelia para solucionar el conflicto, ya que la activista “está siendo manipulada por los servicios secretos” de dicho país.
El Ejecutivo de José Luis Rodriguez Zapatero continúa buscando soluciones para la crisis generada por la activista de Derechos Humanos Aminatu Haidar, en huelga de hambre desde hace 19 días después de que la policía marroquí le retirase su pasaporte y la embarcase en un avión con rumbo a Lanzarote. Sin embargo, la propia secretaria de Relaciones Internacionales del partido, Elena Valenciano, reconoció que la situación se encuentra bloqueada y que no ve “ni una rendija abierta” para solucionar el conflicto.
¿Conflicto con Argelia?
Valenciano se reunió ayer con Mohamed Cheikh Biadillah, presidente del Senado de Marruecos y miembro del partido del rey Mohamed VI, que se limitó a advertir de que Rabat no dará un pasaporte a la activista al considerar que Haidar “ha tirado” el suyo y “ha renegado de su nacionalidad”. Según subrayó, “España no quiere comprender que Aminatou Haidar está siendo manipulada por los servicios secretos de Argelia” y “forma parte de un plan estratégico-diabólico para obstruir las negociaciones con el Polisario acerca de la autonomía del Sáhara Occidental”. “Estoy convencido de que es una conspiración que ha sido cuidadosamente elaborada”, alertó.
Relaciones en riesgo
La dirigente socialista le reprochó que “España no se merece lo que le está haciendo Marruecos”, y apuntó que “con su actitud, los marroquíes corren el riesgo de deshacer el trabajo realizado desde 2004”, cuando empezó a mejorar la relación entre Rabat y Madrid. Aunque el Gobierno no emitió públicamente su descontento con la actitud de Marruecos, trató de presionar y envió este martes un escrito en le que pedía que se le proporcione un nuevo pasaporte a la activista, aunque no ha obtenido más respuesta que la dada ayer por Biadillah.
Siguen las gestiones
El director del gabinete del Ministerio de Exteriores, Agustín Santos, consideró que la posibilidad de negociación con Marruecos está “cerrada”, pero aseguró que el Ejecutivo seguirá buscando una solución “con rapidez”. En el mismo sentido se pronunció el presidente Zapatero, que apuntó que Moratinos seguirá haciendo gestiones porque “es quien siempre resuelve los problemas antes o después”.
Preocupación de los partidos
El resto de los partidos políticos también han mostrado su inquietud por la situación: representares de IU, ICV, PNV, ERC, BNG y NaBai pidieron por carta a Moratinos que deje salir a Haidar de España y el líder de IU, el republicano Cayo Lara, ha solicitado incluso una audiencia con el Rey para pedirle que intervenga. El Gobierno, por el momento, descarta permitir a la activista que embarque en un vuelo con rumbo a Al Aaiún para no provocar una crisis abierta con Rabat, y confía en la ayuda que ha solicitado al secretario general del Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.
El Ejecutivo de José Luis Rodriguez Zapatero continúa buscando soluciones para la crisis generada por la activista de Derechos Humanos Aminatu Haidar, en huelga de hambre desde hace 19 días después de que la policía marroquí le retirase su pasaporte y la embarcase en un avión con rumbo a Lanzarote. Sin embargo, la propia secretaria de Relaciones Internacionales del partido, Elena Valenciano, reconoció que la situación se encuentra bloqueada y que no ve “ni una rendija abierta” para solucionar el conflicto.
¿Conflicto con Argelia?
Valenciano se reunió ayer con Mohamed Cheikh Biadillah, presidente del Senado de Marruecos y miembro del partido del rey Mohamed VI, que se limitó a advertir de que Rabat no dará un pasaporte a la activista al considerar que Haidar “ha tirado” el suyo y “ha renegado de su nacionalidad”. Según subrayó, “España no quiere comprender que Aminatou Haidar está siendo manipulada por los servicios secretos de Argelia” y “forma parte de un plan estratégico-diabólico para obstruir las negociaciones con el Polisario acerca de la autonomía del Sáhara Occidental”. “Estoy convencido de que es una conspiración que ha sido cuidadosamente elaborada”, alertó.
Relaciones en riesgo
La dirigente socialista le reprochó que “España no se merece lo que le está haciendo Marruecos”, y apuntó que “con su actitud, los marroquíes corren el riesgo de deshacer el trabajo realizado desde 2004”, cuando empezó a mejorar la relación entre Rabat y Madrid. Aunque el Gobierno no emitió públicamente su descontento con la actitud de Marruecos, trató de presionar y envió este martes un escrito en le que pedía que se le proporcione un nuevo pasaporte a la activista, aunque no ha obtenido más respuesta que la dada ayer por Biadillah.
Siguen las gestiones
El director del gabinete del Ministerio de Exteriores, Agustín Santos, consideró que la posibilidad de negociación con Marruecos está “cerrada”, pero aseguró que el Ejecutivo seguirá buscando una solución “con rapidez”. En el mismo sentido se pronunció el presidente Zapatero, que apuntó que Moratinos seguirá haciendo gestiones porque “es quien siempre resuelve los problemas antes o después”.
Preocupación de los partidos
El resto de los partidos políticos también han mostrado su inquietud por la situación: representares de IU, ICV, PNV, ERC, BNG y NaBai pidieron por carta a Moratinos que deje salir a Haidar de España y el líder de IU, el republicano Cayo Lara, ha solicitado incluso una audiencia con el Rey para pedirle que intervenga. El Gobierno, por el momento, descarta permitir a la activista que embarque en un vuelo con rumbo a Al Aaiún para no provocar una crisis abierta con Rabat, y confía en la ayuda que ha solicitado al secretario general del Naciones Unidas, Ban Ki-Moon.
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