El Público
02/12/2009
KEN LOACH Y PAUL LAVERTY - Director y guionista
El 1 de diciembre de 1955, en Montgomery, Alabama (EEUU), Rosa Parks se negó a obedecer a un conductor de autobuses y ceder su asiento a un pasajero blanco. El viernes 13 de noviembre de 2009, Aminatou Haidar se negó a rellenar su tarjeta de desembarque, tal y como le exigían las autoridades marroquíes de El Aaiún (donde reside), en el Sáhara Occidental controlado por Marruecos.
Hoy observamos con creciente angustia la difícil situación de Aminatou Haidar, madre de dos hijos pequeños, mientras continúa su huelga de hambre en el aeropuerto de Lanzarote. Haidar, quien ha luchado por los derechos humanos del pueblo saharaui durante toda su vida, fue expulsada de Marruecos por las autoridades del Sáhara Occidental bajo control marroquí al rellenar su tarjeta de desembarque con las palabras: "Sáhara Occidental" en lugar de Marruecos (la activista regresaba de recoger un premio en EEUU por su defensa de los derechos humanos). Las autoridades marroquíes dijeron que con su proceder había renunciado a la ciudadanía marroquí, confiscaron su pasaporte y se deshicieron de ella poniéndola en un vuelo a Lanzarote, sin ningún documento y en contra de su voluntad, contraviniendo así el Artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que establece: "Nadie podrá ser arbitrariamente privado del derecho a entrar en su propio país".
La esencia de este conflicto es la negativa de Marruecos a permitir al pueblo saharaui ejercer el derecho a un referéndum sobre autodeterminación tras ceder España su colonia en 1975. Ni las Naciones Unidas ni la comunidad internacional reconocen la soberanía marroquí de hecho sobre el Sáhara Occidental. Pero al mismo tiempo, permanecen en silencio mientras cientos de miles de saharauis se siguen consumiendo en los campos de refugiados del desierto desde hace ya 34 años. Durante las últimas semanas y después del vulgar discurso, estilo George Bush, del rey Mohammed VI, la opresión marroquí contra los activistas pro Derechos Humanos ha aumentado. "Una persona o es marroquí o no lo es (). Uno es un patriota o es un traidor. No hay término medio", dijo el Rey.
La esencia de este conflicto es la negativa de Marruecos a permitir al pueblo saharaui ejercer el derecho a un referéndum sobre autodeterminación tras ceder España su colonia en 1975. Ni las Naciones Unidas ni la comunidad internacional reconocen la soberanía marroquí de hecho sobre el Sáhara Occidental. Pero al mismo tiempo, permanecen en silencio mientras cientos de miles de saharauis se siguen consumiendo en los campos de refugiados del desierto desde hace ya 34 años. Durante las últimas semanas y después del vulgar discurso, estilo George Bush, del rey Mohammed VI, la opresión marroquí contra los activistas pro Derechos Humanos ha aumentado. "Una persona o es marroquí o no lo es (). Uno es un patriota o es un traidor. No hay término medio", dijo el Rey.
Haidar y sus colegas arrestados dentro del Sáhara Occidental bajo control marroquí apoyan una solución no violenta a este problema que viene de antiguo. Ya va siendo hora de que la comunidad internacional, y en concreto España, cuyo silencio a lo largo de los años es una vergüenza, presionen a Marruecos para que permita un referéndum justo, libre y democrático.
De lo contrario, volveremos a ver cómo se anteponen los derechos minerales (grandes depósitos de fosfato) y los intereses económicos a los derechos humanos. Imaginar que la tarjeta de embarque de Haidar podría ser el equivalente a que Rosa Parks no cediese su asiento es, quizá, pecar de optimismo. Pero no perdemos la esperanza y enviamos nuestra solidaridad a esta extraordinaria mujer que, a pesar de haber estado "desaparecida" durante cuatro años y haber sido torturada por las autoridades marroquíes, aún tiene valor para seguir resistiendo. Sería una tragedia para la resistencia no violenta y para la posibilidad de una solución pacífica que se le dejase morir.
Hacemos un llamamiento al Gobierno español para que garantice el regreso inmediato de Aminatou, sana y salva, a su patria.
De lo contrario, volveremos a ver cómo se anteponen los derechos minerales (grandes depósitos de fosfato) y los intereses económicos a los derechos humanos. Imaginar que la tarjeta de embarque de Haidar podría ser el equivalente a que Rosa Parks no cediese su asiento es, quizá, pecar de optimismo. Pero no perdemos la esperanza y enviamos nuestra solidaridad a esta extraordinaria mujer que, a pesar de haber estado "desaparecida" durante cuatro años y haber sido torturada por las autoridades marroquíes, aún tiene valor para seguir resistiendo. Sería una tragedia para la resistencia no violenta y para la posibilidad de una solución pacífica que se le dejase morir.
Hacemos un llamamiento al Gobierno español para que garantice el regreso inmediato de Aminatou, sana y salva, a su patria.
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